Jueza Silvana Cecilia Vélez |
El primer jurado de la Comarca Andina del siglo XXI le dio al sistema judicial otra lección de justicia, sensatez y sentido común. El veredicto unánime de los vecinos de Lago Puelo despertó elogios por su precisión y por haber encontrado el punto exacto entre las posturas de ambas partes.
La jueza quedó conmovida y muy impactada con el desempeño y compromiso de los jurados. Declaró a la prensa lo siguiente:
"Como jueza me siento emocionada y orgullosa de todo lo que se hizo. Estoy eternamente agradecida de poder ser la jueza técnica en esta localidad. El compromiso de los lugareños no tiene precio"
LOS HECHOS
Se juzgaba una pelea a cuchillo entre dos hermanos, de apellido Delgado. La pelea fue feroz y en plenos festejos familiares de Nochebuena. Pasada la medianoche, el alcohol hizo estragos y todo se desmadró.
La víctima (Enrique) agredió con armas, palos y piedras al acusado (Oscar), quien reaccionó de la misma manera. Le dio un piedrazo en la cabeza y le infligió varios cortes (14 en total) con un cuchillo. Estuvo en el hospital internado varios días y luego se recuperó.
La fiscalía lo acusó de tentativa de homicidio agravado por ensañamiento. A todas luces parecía una exageración dicha agravante. La defensa, en cambio, sostuvo legítima defensa.
La jueza Silvana Vélez, de excelente desempeño, instruyó al jurado con varias opciones de veredicto. Ellas iban desde el delito principal hasta el no culpable por legítima defensa. En el medio le informó al jurado que lo podían declarar culpable de tentativa de homicidio simple, de lesiones graves (por si se probaba que no lo quiso matar, sino sólo lastimar) y de exceso en la legítima defensa (por homicidio o lesiones graves).
El jurado, tras más de tres horas de deliberación, lo declaró culpable de lesiones graves con exceso en la legítima defensa. Brillante el jurado.
Es decir, el jurado descartó la agravante de ensañamiento, descartó el dolo de matar y la tentativa, afirmó el dolo de lesionar gravemente, descartó la legítima defensa que pedía el acusado y consideró que a Enrique Delgado se le fue la mano con su accionar. Por lo tanto, hubo exceso en la causal de justificación por lesiones graves.
El veredicto
La moderna sala de juicio por jurados de Lago Puelo |
EL JURADO
A pesar de las extremas temperaturas, las rutas congeladas, la lejanía de los parajes cordilleranos y las enormes dificultades para asistir, fue notable la participación ciudadana para este histórico primer juicio. Los jurados vinieron a caballo, a dedo y compartiendo autos por rutas y caminos repletos de nieve.
Hubo un paisano que en décadas no había bajado hasta la zona de El Hoyo y vivía en un solitario paraje arriba de un cerro. Estuvo tres días con la misma ropa alojado en una hostería y dio su primer veredicto.
La Oficina Judicial (excepcional su labor) pudo sortear todos los obstáculos para garantizar la convocatoria. Los que vinieron a caballo hasta el Juzgado de Paz pudieron ser trasladados por Facundo, el chofer de Tribunales, hasta la sala de juicio.
Así estaba el clima y las rutas en la zona. No faltó nadie |
EL JUICIO
Hubo varios acuerdos probatorio entre las partes. No se discutió que las lesiones fueron provocadas por Marcos Ariel Delgado y que consistieron en 14 puñaladas. Lo que estaba en discusión es el contexto en que se produjeron y si el imputado actuó con intención de matar o lo hizo en circunstancias habilitadas por la ley para defenderse.
El juicio fue magistralmente dirigido por la jueza técnica Silvana Cecilia Vélez, quien se trasladó hasta Lago Puelo para hacer el debate en el lugar. La acusación quedó a cargo del fiscal Carlos Díaz Mayer María Marta Ponce Ventura; en tanto que la defensa técnica del imputado la ejercieron los abogados David Milstein y Matías Escribano.