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AVISO (12/03/23):
Debido a la gran cantidad de juicios por jurados llevados a cabo en una decena de provincias de Argentina, la AAJJ dejará de publicar crónicas individuales por cada juicio y comenzará a publicar resúmenes mensuales

lunes, 15 de mayo de 2023

"ENTENDIENDO EL VEREDICTO DEL JURADO CIVIL DE TRUMP", por Richard Lempert



El profesor Richard Lempert, de la Universidad de Michigan, es indiscutiblemente la máxima autoridad mundial en Reglas de Evidencia. Además de su inmenso prestigio académico, Lempert es un fervoroso defensor del juicio por jurados. Fue uno de los firmantes del amicus curiae que desembocó en el fallo "Ramos vs Louisiana" y que reafirmó el estatus del veredicto unánime como garantía constitucional. 

Escribió esta notable columna de opinión para el diario Brookings que tradujimos para nuestros lectores sobre la reciente condena a Trump en el juicio por jurados civil por el ataque sexual y difamación a la periodista E. Jean Carroll en una tienda de ropa de New York en 1995 (en inglés original).



"ENTENDIENDO EL VEREDICTO DEL JURADO CIVIL DE TRUMP"


Algunas personas suelen equiparar a los jurados con cajas negras. Los observadores saben qué es lo que entra en la caja (las pruebas) y qué es lo que emerge (el veredicto), pero poco saben sobre cómo el jurado llegó al veredicto a partir de las pruebas admitidas. El jurado civil de Trump fue una caja aún más negra que la mayoría. Ni siquiera sabemos quiénes son los miembros del jurado. Mientras que las ventanas de la caja a menudo se abren a través de entrevistas con los jurados post juicio, al menos hasta hoy no se han abierto ventanas, y el juez ha instado a los jurados del juicio de Trump a mantener las cosas de esta manera.

Sin embargo, medio siglo de investigación sobre los jurados ha revelado mucho sobre cómo deliberan y llegan a sus veredictos. Recurrir a ellas  nos permite especular fundadamente sobre por qué el jurado emitió los veredictos que emitió.

Los jurados no actúan de forma incoherente si creen una parte de lo que dice un testigo, pero no toda su historia. Por lo tanto, no hace falta saber nada sobre las deliberaciones del jurado para deshacerse de una intuición comúnmente expresada sobre el veredicto del jurado; a saber, que el jurado se contradijo al considerar que Trump agredió sexualmente a Carroll pero que no la violó. Los dos delitos son diferentes. Mientras que la violación incluye necesariamente una agresión sexual, las agresiones sexuales abarcan comportamientos que, jurídicamente hablando, no constituyen violación, y el jurado fue instruido sobre estas diferencias. Además, los testigos pueden estar más seguros cuando relatan algunas partes de sus historias que cuando relatan otras, y otras pruebas pueden corroborar parte de lo que una de las partes ha afirmado, pero no todo.




En el juicio de Trump había pruebas considerables que podían hacer dudar a un jurado razonable sobre la aceptación de la denuncia de violación de Carroll, pero que no socavaban sustancialmente su denuncia de agresión sexual. Carroll no acudió a la policía después de la agresión; no dijo nada públicamente sobre su experiencia durante 30 años; su primera revelación pública de la agresión de Trump puede haber sido hecha para aumentar las ventas de sus libros, y parece haber tenido poco efecto para las políticas de Trump. Estas consideraciones, por supuesto, van en contra de creer cualquiera de las acusaciones de Carroll, por lo que incluso si dieron a algunos miembros del jurado una duda, por sí solas es poco probable que expliquen por qué los miembros del jurado dudaron de la acusación de violación de Carroll, pero fueron unánimes en encontrarlo culpable de agresión sexual.

Otras pruebas, sin embargo, pueden explicar las disparidades de opinión. La principal es que Carroll no consideró la agresión de Trump como una violación cuando, inmediatamente después de la agresión, le contó a una amiga lo que había ocurrido. Su incapacidad para ver lo que le ocurrió como una violación parece menos improbable si sólo hubiera sido agredida por penetración mediante el empleo de los dedos. También es más fácil ver cómo pudo producirse la penetración con dedos, a pesar de los confines relativamente pequeños de un vestuario de unas tiendas de ropa y del forcejeo de Carroll, que imaginar que también se produjo la penetración con el pene.


Natalí Chizik, Richard Lempert, Shari Diamond
y Andrés Harfuch en Toronto 2018


Además, aquellos jurados familiarizados con la investigación moderna sobre la memoria encontrarían plausible de suponer que, con el paso del tiempo, la memoria de Carroll sobre lo sucedido hubiera cambiado hasta crear un recuerdo honesto pero erróneo de la violación. Por último, la verosimilitud de los cargos de violación y de agresión sexual también se ve afectada de manera diferente por las pruebas que sacó a este hecho del puro reino de casos "él dijo/ella dijo". Las pruebas que fueron cruciales a este respecto incluyen las cintas de Hollywood Access y la experiencia de otras dos mujeres que declararon que Trump las había agredido. Las otras agresiones sexuales de Trump, e incluso sus confesiones en las cintas de Hollywood Access de haber agarrado a mujeres de la vagina (pussy grabbing), eran insuficientes para el cargo de violación. Los jurados apoyaron el cargo de agresión sexual de Carroll en mucha mayor medida que su alegación de violación.

El modelo dominante para explicar las decisiones de los jurados se denomina modelo narrativo (story model). Los jurados intentan construir historias que expliquen las pruebas que se les presentan. Teniendo en cuenta lo que escuchó el jurado, probablemente fue más fácil construir una historia convincente de agresión sexual que una historia en la que la agresión incluyera una violación.



Esto no quiere decir que el jurado hubiera actuado de forma irrazonable si hubiese considerado que Trump violó a Carroll, ni tampoco sería una sorpresa si más tarde supiéramos que algunos de los miembros del jurado pensaban así. De ser así, Trump podría, sin embargo, haberse beneficiado de la mayor gravedad del cargo de violación. El estándar probatorio en materia civil es por preponderancia de las pruebas, lo que normalmente significa que la probabilidad de que la afirmación del demandante sea cierta es al menos ligeramente superior al 50%. 

Pero las cosas no funcionan necesariamente así. Los jurados legos no hablan el lenguaje de las matemáticas, ni es probable que aborden su tarea como si tuvieran que poner las pruebas de cada parte en una balanza para determinar cuál de ellas pesa más, aunque ésta sea la imagen que transmite el lenguaje de la ley. Más bien, después de haber sido instruidos de que el estándar es por preponderancia de las pruebas, los jurados quieren sentirse cómodos de que están tomando la decisión correcta. Sabiendo que la violación es, junto con el asesinato, el delito más grave de nuestro país, incluso aunque el caso sea una demanda civil, algunos jurados pueden haber necesitado sentirse particularmente seguros en su juicio para declarar que se había producido una violación.


Además, me he topado con sugerencias de que fallar a favor de Carroll en el cargo de agresión sexual y a favor de Trump en el cargo de violación es una especie de veredicto de compromiso del tipo "partamos la diferencia". (NdT: el veredicto de compromiso ocurre cuando algunos jurados votan en contra de sus propias convicciones en ciertos temas para evitar el estancamiento).

Aunque es muy posible que los miembros del jurado discreparan en sus opiniones sobre si hubo violación, el veredicto final no tiene el sello distintivo de un compromiso entre jurados. Si las deliberaciones comienzan con dos facciones fuertemente comprometidas con puntos de vista opuestos, normalmente se necesitan muchas horas de deliberaciones antes de llegar a un terreno común aceptable. Este veredicto se emitió en menos de tres horas, lo que sugiere que hubo un acuerdo sustancial sobre las cuestiones más importantes desde el principio. Gran parte de este tiempo se dedicó probablemente a reconciliar los diferentes puntos de vista sobre los daños sufridos por Carroll, más que a debatir el comportamiento de Trump en la tienda Bergdorf Goodman. Sin embargo, no sería sorprendente que los miembros del jurado llegaran a un veredicto de compromiso o negociado en el ítem de cuantía de los daños.

Tal vez algunos de los que estuvieron en la sala del jurado proporcionen con el tiempo más detalles sobre lo que ocurrió durante sus deliberaciones y porqué los veredictos separados y los montos concedidos adoptaron las formas que adoptaron. Pero, por lo que se ve, parece que el jurado de Trump actuó admirablemente dadas las pruebas rendidas en el juicio.