El abogado Cazorla abraza a la mamá del joven acusado |
El jurado de Quilmes declaró no culpable a Juan Manuel Ángel por considerar que se defendió legítimamente -a él y a su familia- de un ataque de cuatro forajidos en su casa a las tres de la mañana.
Le pegó un martillazo en la cabeza a uno de sus agresores, de nombre Gonzalo Amaya (que era conocido y vecino suyo), y le produjo lesiones gravísimas, ya que perdió la visión.
Como siempre, Data Judicial dio la primicia.
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MADRUGADA VIOLENTA
Los hechos se dieron el 7 de mayo de 2020 a las 3 en una vivienda de Calingasta de la localidad de Bosques, cuando el imputado estaba trenzado en lucha con la víctima, en esas circunstancias el primero tomó un martillo dentro de su casa y le aplicó un contundente golpe en la cabeza a la víctima que derivó en el desvanecimiento de éste, su inmediata internación y lesiones de tal gravedad que le provocaron perder de manera constante la visión.
La víctima declaró muy mal. Desconcertó a todos cuando dijo que, tiempo después del hecho, "lo vio" en la cola del Coto y lo cagó a trompadas. Los jurados se miraban atónitos.
Lo que no pudo explicar es qué hacía en casa ajena a las 3 am cuando lo fue a buscar a JM Ángel. Había broncas previas entre ellos, pero nada justificaba el ataque y todo justificaba el martillazo.
El reconocido y mediático abogado Roberto Cazorla Yalet dio en la tecla con la estrategia y apuntó con todo a la legítima defensa necesaria.
El abogado defensor Roberto Carzola |
Eso decidió el jurado. Mientras los familiares del imputado estallaron en un aplauso, la hermana de la víctima expresó su malestar por la decisión de los ciudadanos.
El fiscal fue Dino Maistruk. El particular damnificado fue Rafael Panza y el defensor particular, Roberto Cazorla. Los primeros pidieron a los 12 ciudadanos citados que condenasen al acusado por "homicidio en grado de tentativa", es decir que éste con su accionar “quiso matar al otro al aplicarle un certero golpe con un martillo en la cabeza”.
A su turno, el defensor Cazorla alegó por la libre absolución al referir que su defendido había actuado en "legítima defensa" cuando ingresaron en su vivienda.
La jueza Florencia Butiérrez instruyó por tentativa de homicidio, lesiones gravísimas y no culpable por legítima defensa. Esto último eligió razonablemente el jurado.