Las profesoras Valerie Hans, Paula Hannaford-Agor, Aldana Romano, Andrés Harfuch junto al Gobernador Cornejo, el subsecretario de justicia D´Agostino y los jueces de la Corte Valerio y Garay (2018) |
Las encuestas son una muestra provisional de la investigación empírica para estudiar al juicio por jurados que la Suprema Corte de Justicia de Mendoza lleva adelante en un convenio académico internacional firmado en 2019 con la profesora Valerie Hans, de la Universidad Cornell en Nueva York, y el INECIP.
De acuerdo a esta investigación empírica realizada a 189 jurados, sobre un total de 532 participantes en los primeros 20 juicios por jurados, se registró un gran desconocimiento previo sobre el sistema de este tipo de juicios, como así también sobre los casos en los que deliberaría el destino de los acusados. Pero luego de formar parte, mejoró notablemente la opinión al respecto y esa percepción se trasladó a otros organismos. Incluso, según el estudio, el 61% recomendaría la experiencia a otras personas.
Una vez empezado el juicio y atravesado todo el proceso que desemboca en decidir si el acusado es culpable o no, empiezan a cambiar las percepciones.
El análisis del estudio se centra entonces en la experiencia posterior y la primera sensación sobre la que se explora es la de frustración. Y algunos aspectos a tener en cuenta que surgen de la decisión propia sobre el destino de un acusado, en muchos casos a pasar el resto de sus días en la cárcel.
Mientras el 61% de las personas relevadas manifestaron no sentir ningún tipo de frustración, otra porción importante se expresó de otra manera. Un 25% aseguró “más o menos” sentir frustración, pero el otro 14% se sintió “muy” o “bastante” frustrado.
Por otro carril también se analizaron los niveles de orgullo en las personas que vivieron esa experiencia. En el 42% de los casos las personas se sintieron muy orgullosas de haber participado. El mismo porcentaje indicó la opción “bastante”, redondeando un 84% con respecto a esta sensación luego de experimentar el juicio por jurados.
La experiencia del juicio por jurados se termina trasladando a la opinión personal de cada uno de los participantes. El 94% de las personas relevadas reconoció que la opinión se vio afectada positivamente luego de atravesar el proceso judicial. El dato es relevante teniendo en cuenta el alto porcentaje de desconocimiento que había sobre el sistema en sí, antes de participar.
A su vez, el efecto expansivo de las percepciones llega hasta a los propios Tribunales con un 90% de opiniones positivas. Además, un 78% opinó a favor del Gobierno (con un 21% que no cambió su opinión previa) y un 72% respaldó a la Policía de Mendoza (un 24% no cambió su parecer).
Los niveles de confianza crecieron también, según el estudio: el 76% de las personas encuestadas expresó que tiene más confianza en los Tribunales; el 51% indicó lo mismo sobre el Gobierno y casi el mismo porcentaje, sobre la Policía de Mendoza.
Un dato interesante de la investigación realizada en conjunto con las autoridades del Poder Judicial provincial, el INECIP y la profesora Valerie Hans de la Universidad de Cornell, quien fue directora del proyecto, es que en casi la mitad de los encuestados, hubo manifestaciones de mucho entusiasmo (13%) y bastante entusiasmo (36%) al momento de la elección como jurado. Y el 70% indicó que no sintió ningún tipo de molestia.
Otro aspecto importante tiene que ver con el desconocimiento que tienen las personas sobre el sistema de juicios por jurados antes de la selección: 7 de cada 10 afirmaron conocer “poco” y “nada” el procedimiento.
Los mismos hechos policiales, por más conmoción que generen, tampoco habían impactado en las personas seleccionadas. El 52% de los encuestados no conocía “nada” sobre el caso, ni por los medios de comunicación ni por otras fuentes y un 28% dijo que “poco”.
Si bien algunos destacan que el factor temporal puede influir en las personas que consumieron información sobre un determinado caso, pero que con el correr de los meses se fue diluyendo en la memoria, otros desmitifican el consumo informativo.
“Los que leemos todo somos los que vivimos en un mundo donde la información instantánea es imprescindible. Hay gente que cree que el mundo pasa por lo que ellos miran y no es así, la gente tiene otras aspiraciones. El resultado de que la gente no conozca, es que existe una pluralidad de preferencias y no hay gente obsesiva con estas cosas. No existe el grado de obsesión con los casos”, explicó el ministro de la Corte provincial José Valerio.
Valerio, Hans, Diamond y D´Agostino |
QUÉ DICEN LOS RESPONSABLES
La Legislatura de Mendoza sancionó en octubre del 2018 la ley para implementar los juicios por jurados populares, una iniciativa promovida por el entonces gobernador Alfredo Cornejo, que contó con el apoyo del peronismo. Fue recordada aquella reunión entre el ex mandatario y la senadora nacional Anabel Fernández Sagasti sobre la iniciativa.
El procedimiento empezó implementándose sólo para los homicidios agravados, para que no corriera riesgo la eficacia, dada la compleja logística en este tipo de juicios. Este año se amplió a otros delitos referidos al abuso sexual seguido de muerte, homicidio y homicidio agravado por uso de arma de fuego.
“Estamos incorporando este proceso cultural y los procesos culturales requieren tiempo. Requieren que los asimile la gente porque es algo que no tenemos. La gente tiene una predisposición a esa intervención y la toma de decisiones en donde asume responsabilidades”, destacó Valerio en diálogo con Los Andes.
Con varios juicios por jurados realizados en la provincia, el también coordinador del Fuero Penal Colegiado subrayó los resultados de todo el proceso dado que “la sociedad está viendo los resultados, no si hay condenados o absueltos, sino que los jueces no tomarían decisiones muy distintas a las del jurado”.
“La diferencia es que tiene más fuerza una decisión o un veredicto tomado por 12 personas que son del pueblo, que la de un juez técnico, por más que escriba un tratado”, expresó Valerio.
En ese mismo sentido se expresó Marcelo D’Agostino, subsecretario de Justicia de la provincia, al sostener que “es inconcebible que la ciudadanía no participe en un acto estatal de tanta importancia como lo es una sentencia penal”.
“Es una garantía para el acusado que 12 personas se reúnan en un recinto privado hasta alcanzar un veredicto por unanimidad debiendo deliberar sobre la prueba aportada por las partes y es una experiencia única para los que han participado como jurado en estos 33 juicios. Ellos han demostrado que el mendocino y la mendocina es un ciudadano participativo y responsable. A ellos también se debe el éxito de este sistema”, manifestó el funcionario provincial.
D’Agostino entiende que “la función del jurado popular es tan profunda que se convierte en una experiencia transformadora, a tal punto que impacta positivamente en todas las instituciones que intervienen en el proceso”.
“Incluso los estudios demuestran que hay un alto porcentaje de mendocinos y mendocinas que luego de transitar por esta experiencia están más comprometidos de participar de otros asuntos públicos. La experiencia del jurado fortalece las instituciones democráticas”, aseveró el funcionario.
Por su lado, Fernando Guzzo, Fiscal en Jefe de Homicidios del Ministerio Público Fiscal, destacó en diálogo con Los Andes que “el sistema funciona” porque “hemos tenido todas las soluciones posibles, algo que habla bien del jurado. Es decir, veredictos de no culpabilidad, de culpabilidad, de culpabilidad por delitos menores incluidos, jurados estancos”.
Para Guzzo, las opiniones positivas se desprenden de conocer el proceso desde adentro y completo porque “ven la cantidad de trabajo que hay en el caso de una persona que se sienta frente a un jurado”. En lo que respecta a la Policía de Mendoza, indicó que “el nivel de profesionalismo y tecnología con el que cuenta la Policía de Mendoza, es algo altamente satisfactorio”.
De acuerdo a los datos del Poder Judicial, los veredictos encontraron a 40 acusados como culpables, a 9 como culpables por delitos menores, un caso tuvo a la persona acusada como no culpable y otro, terminó estancado. Es decir, el veredicto no fue unánime y fue el caso de Claudia Cortez, una mujer que era víctima de violencia de género y asesinó a su marido de una puñalada en 2018. Por ese motivo fue absuelta.
El funcionario judicial considera relevante la causa de Leonardo Hisa por el aberrante crimen de Norma Carleti. El jurado popular encontró culpable al ex senador radical y a tres personas más vinculadas al caso. “Es una de las más graves en cuanto a imputaciones, cantidad de acusados y distintas calificaciones legales. La discriminación que hizo el jurado creo que es un buen ejemplo”, expresó.
“En mi opinión personal, todo lo que es oculto genera desconfianza. Lo visible, genera más confianza. Todo ese conjunto de circunstancias visibiliza porque la gente escucha a la policía, a los funcionarios, escuchan al juez, todo eso hace que la imagen sea distinta porque al comportamiento lo están observando. Hay una visibilización del funcionamiento de la justicia”, resaltó Valerio.
A modo de reflexión final sobre el concepto del juicio por jurados, el ministro Valerio indicó que este sistema “es el ejercicio de la soberanía popular” porque “el pueblo está ejerciendo directamente el poder y se los trata como si fueran jueces”.
“Al estar en una situación de poder y toma de decisión, entusiasma y me parece excelente que sea así. Esto es reconocerle al pueblo que es el que tiene el poder”, manifestó también el ministro del máximo tribunal.
Sidonie Porterie, Aldana Romano, Valerie Hans y Shari Diamond analizando las cifras en el INECIP |
SELECCIÓN Y RECUSACIONES
La Junta Electoral de la Provincia debe publicar el listado principal de Jurados en la página Web del Poder Judicial que tiene vigencia por un año, y luego se realiza el sorteo de 48 ciudadanos y ciudadanas (respetando la paridad de género) 15 días hábiles antes del inicio del debate.
Al momento de la audiencia de selección, de las que ya han participado 2112, con la presencia del Fiscal y los abogados de las partes, empiezan las recusaciones con causa. Este procedimiento se realiza previo a examinar a los candidatos y las candidatas sobre posibles circunstancias que pudiesen afectar su imparcialidad e independencia. Cada una de las partes pueden recusar, sin causa, hasta a cuatro de las personas sorteadas.
Una muestra de cómo se realizan estas audiencias, que en Mendoza son públicas, se muestra claramente en El Abogado de Lincoln, la serie producida por Netflix. Michael “Mickey” Haller es el abogado que defiende a un hombre acusado de un doble crimen en Estados Unidos. Uno de los puntos clave en la estrategia del letrado es justamente la recusación de los jurados, algo que también realiza la Fiscalía.
Después de este tamiz, se depura la lista y se realiza el sorteo de las 12 personas que conformarán el jurado en calidad de titulares y también cuatro suplentes. La identidad queda bajo estricto resguardo.
LOS JUICIOS
El 21 de marzo de 2019 se realizó el primer juicio por jurados populares en Mendoza con un caso conmocionante: el de Sebastián Petean Pocoví, quien luego de discutir con su pareja quien estaba embarazada, la apuñaló y huyó aquel 27 de mayo de 2018.
Durante su fuga hacia alta montaña, fue interceptado en la ruta 40 por dos uniformados, el inspector Jorge Cussi y el auxiliar Martín Ríos, que intentaron detener su marcha. Fue así que colocaron sus motos de la Unidad Motorizada de Acción Rápida frente a la camioneta en la que el imputado conducía a gran velocidad. Finalmente, ambos fueron atropellados y murieron.
El jurado popular lo encontró culpable de los cuatro hechos por los que se lo imputó: tentativa de homicidio agravado por el vínculo por mediar violencia de género en grado de tentativa; tentativa de homicidio criminis causa para lograr su impunidad y por haber sido en perjuicio de personal policial en grado de tentativa; tentativa de homicidio por criminis causa por ser personal policial y homicidio criminis causa contra personal policial. La pena fue prisión perpetua, algo que confirmó la Suprema Corte de Justicia de Mendoza tiempo después.
Desde allí, y durante el 2019 se realizaron 12 juicios por jurados. En el 2020, por la pandemia, mermaron los procedimientos y sólo se realizaron 3. Ya en 2021 se desarrollaron 13 y en lo que va del 2022, son 5.
Hasta el momento, en el 40% de los casos se resolvió prisión perpetua; en el 9% prisión temporal y en apenas el 4% hubo absoluciones.
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. Los Andes (4/9/22): "Los juicios por jurados mejoraron la opinión de la justicia" (ver)