Debido a la gran cantidad de juicios por jurados llevados a cabo en una decena de provincias de Argentina, la AAJJ dejará de publicar crónicas individuales por cada juicio y comenzará a publicar resúmenes mensuales
martes, 11 de enero de 2022
"ESTUVIMOS EN EL JUICIO A LOS 4 DE COLSTON EN INGLATERRA": la absolución, ¿fue o no un jury nullification?
Colston al agua, en el mismo muelle donde en 1630 desembarcaba esclavos.
"¿Ha arribado el jurado a un veredicto?" "Sí, Su Señoría: NO CULPABLES"
Tres profesores de Derecho y Sociología (Graeme Hayes, Brian Doherty y Steven Cammiss) presenciaron los 10 días del juicio a los Colston Four y nos dejaron precisos detalles legales sobre el juicio del siglo en Inglaterra. Un lujo.
Además, conseguimos las instrucciones del juez. Otro lujo.
Todo parecería indicar que la absolución no fue un jury nullification. Es decir, cuando el jurado ejerce su poder de veto sobre las leyes o condenas injustas y absuelve de manera irrevocable.
La absolución dictada por un jurado de Bristol a los cuatro jóvenes por derribar la estatua del traficante de esclavos del siglo XVII Edward Colston y arrojarla a al mar en los muelles fue recibida con algarabía por el movimiento Black Lives Matter. (ver crónica de los hechos).
“Cada uno de estos chicos estaba en el lado correcto de la Historia, pero también estaban en el lado correcto de la Ley".
"Las hazañas de Colston pueden ser históricas, pero la continua veneración hacia él en esta ciudad no lo fue. En una vibrante ciudad multicultural, que sigan con esa veneración fue un acto de abuso" (abogado defensor)".
Por el contrario, un coro de indignación se alzó entre los miembros conservadores del Parlamento. El ex ministro del gabinete, Robert Jenrick, dio a entender en un tuit que el veredicto, de alguna manera, socavó el Estado de Derecho.
Pero los laboristas del Parlamento festejaron alborozados la absolución. Clive Lewis, diputado laborista, dijo: “Un jurado británico ha confirmado que el derribo de la estatua de Edwards Colston no fue un acto criminal. El verdadero crimen fue el hecho de que la estatua todavía estaba allí cuando los manifestantes la derribaron".
Asistimos a los diez días del juicio de Rhian Graham (la chica de las cuerdas), Milo Ponsford (el rodador de la estatua), Sage Willoughby (el escalador) y Jake "Hombre Araña" Skuse (el derribador). Hoy son ya celebridades mundiales. Millones consideran a estos pibes la Conciencia de la Humanidad. En cambio, Boris Johnson y sus ministros repiten indignados que son una minoría de anarquistas, vándalos y extremistas.
Y ya lo ve, es la Gloriosa JP (regional Bristol)
El Imperio contraataca....
Joy Division. UK dividida por el veredicto
EL JUICIO A LOS CUATRO DE COLSTON
El veredicto general del jurado (sin motivación) es un pronunciamiento políticode un tribunal popular conrango constitucional, que resuelve un conflictojudicial tras un juicio oral, público, contradictorio, adversarial, continuo, concentrado y con inmediación. Esa es la esencia misma del juicio por jurados desde el siglo XII hasta hoy. Sin embargo, después de ver todo el el litigio, la discusión sobre el tipo penal de daño agravado que se suscitó, los argumentos de las partes y las instrucciones del juez, es poco probable que se tratara de un jury nullification, en el que el jurado cree que los acusados son culpables ante la ley, pero aún así optan por absolverlos. En este caso, el juez HHJ Peter Blair QC le impartió al jurado una serie de razones legales precisas para absolver a los acusados.
Más allá de las discusiones, queda claro, como reconoce un importante juez argentino, que "con este tipo de decisiones se ve claramente que el juicio por jurados es otra dimensión de la justicia; una dimenión que supera ampliamente los límites de actuación de los jueces profesionales y, por ende, es un instrumento pacificador verdaderamente eficaz"
Juez HH Peter Blair QC
DESCARGAR LAS INSTRUCCIONES FINALES DEL JUEZ COMPLETAS (AQUÍ)
Los juicios de los manifestantes muy rara vez son como los juicios penales "ordinarios", que constituyen el 98% de los casos. En la mayoría de los juicios por delitos comunes, como robos, homicidios, abusos, estafas los acusados cuestionan los hechos del caso: si sucedió o no, cómo pasó, si fueron ellos, si estuvieron en el lugar, etc.
Pero en los juicios de protesta política y social, los acusados se centran en cambio en justificar sus acciones. Invariablemente, esto lleva explícitamente a la política a la sala de juicio.
"La fiscalía quiso discutir el delito de daño; la defensa logró que se discutiera la esclavitud y el oprobioso pasado del Imperio inglés con el comercio de seres humanos".
"La fiscalía sentó en el banquillo de los acusados a los 4 chicos; pero la defensa logró sentar como acusados principales al traficante de esclavos Colston y al Concejo Deliberante que lavó su imagen".
Los "Cuatro de Colston" fueron acusados de daños criminales agravados. Según la Ley de Daños Penales de 1971, los acusados de destruir o dañar la propiedad ajenapueden argumentar que tenían una "excusa legal" para sus acciones (without lawful excuse, en el original). Es decir, una causa de justificación que elimina la antijuridicidad y, con ella, el delito y la pena.
Resaltamos la palabra "ajena" porque fue clave en este debate, como pronto veremos.
¿Cuáles son esas justificantes?
Es cuando se provoca un daño a la propiedad, la casa, un automóvil de otro o, como en este caso, a la estatua de un traficante de esclavos, para proteger un bien jurídico de mayor valor, como puede ser la decencia o seguridad públicas o para prevenir un delito más grave. Para ampararse en la "excusa legal", los acusados deben demostrar que actuaron de manera razonable y que creyeron honestamente que estaban actuando por estos motivos (tipo subjetivo de la justificación).
Let me roll it, let me roll it to you...
De la autoría no había duda alguna. Los chicos abiertamente reconocieron los hechos ante el jurado. Los cuatro aceptaron roles protagónicos en esa memorable jornada del 7 de junio de 2020. Unas 10.000 personas se congregaron cerca de la estatua de Colston durante la marcha de Black Lives Matter, para protestar por el cruel asesinato de George Floyd una semana atrás (el jurado condenó al policía que asesinó a Floyd).
La joven Rhian Graham y Milo Ponsford sacaron cuerdas. El más jovencito, Sage Wiiloughby (22) se trepó a a la estatua y aseguró las sogas alrededor del cuello en bronce de Colston. Todos jalaron y la tumbaron. Una vez que la estatua fue derribada entre vítores y júbilo (ver video abajo), el cuarto acusado, Spiderman Skuse la hizo rodar junto a varios hasta el muelle.
En unos de los pasajes más impresionantes del juicio, Skuse le dijo al jurado que hicieron rodar la estatua sobre los mismos adoquines donde hacía cuatro siglos tantos esclavos habían sido arrastrados contra su voluntad.
El video de lo que hicieron los acusados se mostró repetidamente al tribunal. El jurado podría tener pocas dudas sobre los "hechos" del caso.
Pero los acusados negaron que sus acciones fueran un daño criminal y que estaban amparados por la justificación. Ellos y sus abogados adujeron tres (3) razones legalmente disponibles para esto.
Indecencia pública
Uno de los argumentos clave fue que los Colston 4 y los miles de manifestantes estaban actuando para prevenir el delito más grave de indecencia pública. Aunque la fiscalía repitió, una y otra vez, que los únicos a quienes debía juzgarse eran las personas sentadas en el banquillo de los acusados, rara vez se sintió así.
En cambio, fueron Edward Colston y el Ayuntamiento de Bristol los que parecían estar en juicio. Los cuatro muchachos y varios testigos argumentaron que los crímenes de Colston fueron tan horrendos que la presencia continua de su estatua era ofensiva, abusiva y angustiante. El hecho de que el Concejo Deliberante no lo eliminara, a pesar de 30 años de peticiones y demandas de la comunidad afro-caribeña de Bristol, en particular, equivalía al incumplimiento de los deberes de funcionario público. La fiscalía se opuso tenazmente a este argumento.
El juez HHJ Peter Blair QC se lo concedió y no permitió que los miembros del jurado decidieran sobre la base del incumplimiento de los deberes de funcionario público, porque estimó que no había pruebas suficientes al respecto.
Pero, y aquí es donde el juicio dio un vuelco,el juez les permitió considerar a los jurados si la estatua era ofensiva. La acusada Rhian Graham declaró que la estatua era "ofensiva para el verdadero carácter de Bristol ... [está] mal celebrar a un individuo que cometió tales crímenes de lesa humanidad en una ciudad tan multicultural".
La defensa trajo dos pruebas claves. Primero mostró la foto de la placa conmemorativa de la estatua, que decía:
"Erigida por los ciudadanos de Bristol, en memoria de uno de los MÁS VIRTUOSOS Y SABIOS hijos de la ciudad"
En segundo lugar, la defensa produjo el testimonio pericial de David Olusoga, convertido en una de las estrellas del juicio.
"Este veredicto es un hito en el viaje en que están sumidos Bristol y Gran Bretaña para hacer las paces con la totalidad de nuestra historia", dijo David Olusoga, prestigioso historiador, escritor, locutor, presentador y cineasta británico-nigeriano. Olusoga es profesor de Historia Pública en la Universidad de Manchester y realizó multipremiados documentales históricos en la BBC. Ganó el BAFTA en 2016.
Prof. David Olusoga
Durante la acreditación del perito, la fiscalía lo puso en serios aprietos por su imparcialidad, ya que Olusoga tuvo que reconocer que tuiteó que quería "desesperadamente" unirse a los manifestantes ese día (ídolo total). El juez igual lo aceptó, sin objeción del fiscal.
Olusoga dio un testimonio tremendo, lapidario:“Durante 300 años Edward Colston fue recordado como filántropo; su papel en la trata de esclavos y sus miles de víctimas fueron borrados de la historia.
Colston era en el siglo XVII el accionista principal de la Royal African Company, cuando envió a 84.000 africanos a la esclavitud, incluidos 12.000 niños. 19.000 murieron en la travesía de manera aberrante. Se convirtió en el equivalente de un CEO moderno de una empresa que transportó más africanos a la esclavitud que cualquier otra empresa en toda la historia de la trata de esclavos en el Atlántico norte".
Finalmente, la defensa logró que el jurado escuchase testimonios de los habitantes negros de Bristol, incluida la ex alcaldesa de la ciudad, Cleo Lake, que había retirado un retrato de Colston de su oficina. “Él fue la persona responsable de maltratar a mis antepasados, de quitarles su humanidad, y para mí y mi comunidad su estatua representa seguir sufriendo el daño que todavía experimentan hoy”, dijo Lake.
El juez consideró que la defensa había cumplido ampliamente su estándar probatorio sobre el punto (defensa afirmativa de justificación) y que había evidencia suficiente para que el jurado valorara si la conducta de los chicos era antijurídica o si estaba justificada por indecencia pública. Le impartió entonces al jurado las instrucciones sobre esta causal de justificación.
"Obi Wan Kenobi" Willougbhy, al salir absuelto y victorioso de la corte.
La ajenidad de la Estatua: ¿era del Pueblo o del Ayuntamiento?
Es obvio que no hay daño si la cosa es propia. Hay delito cuando se daña una cosa total o parcialmente ajena contra la voluntad del dueño o poseedor. Los acusados, todos habitantes de Bristol, estaban convencidos que, cuando actuaron así, la Estatua les pertenecía.
Los 4 de Colston también demostraron que realmente creían que los ciudadanos de Bristol eran los propietarios de la estatua y que darían su consentimiento. Volvamos a la placa conmemorativa en el pedestal de la estatua: dice que fue “erigida por los ciudadanos de Bristol”. Y como evidencia de que los acusados realmente creían que los ciudadanos locales apoyarían sus acciones, señalaron las miles de peticiones que durante 30 años se habían enviado al Concejo Deliberante pidiendo la remoción de la estatua o, al menos, el cambio de placa o su contextualización.
La fiscalía contraatacó hábilmente sobre este punto, y argumentó que el mero hecho de que estas peticiones fueran dirigidas al Ayuntamiento implicaba que el Ayuntamiento era el propietario.
El juez instruyó al jurado sobre este controvertido punto y les dijo: "Si uds consideran que la fiscalía probó más allá de toda duda razonable que el Ayuntamiento era el propietario, deberán condenar. Por el contrario, si consideran que no lo hizo, deberán absolver".
Los vamos a traer a Argentina para hablar de jurados...
Propiedad vs Libertad de Expresión
Finalmente, en lo que fue el argumento más fuerte, los acusados argumentaron que tenían una excusa legítima en el sentido de que una condena sería una injerencia desproporcionada en su libertad de expresión y libertad de reunión, en virtud de los artículos 10 y 11 del Convenio Europeo de Derechos Humanos. Para condenar, un jurado tendría que haber considerado tan grave el daño causado a los derechos de propiedad del Concejo Deliberante de Bristol que, efectivamente, anularía los derechos convencionales de protesta de los acusados.
El jurado también recibió precisas instrucciones sobre este punto.
Poster para recaudar fondos
MAGNÍFICAS INSTRUCCIONES DEL JUEZ SOBRE LA JUSTIFICACIÓN
El juez instruyó textualmente al jurado de este modo sobre las causales que excluyen la antijuridicidad según la ley penal de daños de Gran Bretaña.
Advertencia fundamental al lector: ni en Argentina, ni en los Estados Unidos existe el llamado "summing up" (resumen) de Inglaterra. El juez inglés se reserva el derecho de resumirle el caso al jurado, práctica de la que los norteamericanos -y Argentina- se desembarazaron hace siglos, por el enorme poder que ello implica sobre los jurados.
Sin embargo, los jueces ingleses actuales poseen una moderación, una neutralidad y una objetividad para instruir tan grande que -para los que estuvimos en el Old Bailey de Londres presenciando juicios- asombra a extraños. Es una magistratura fuera de lo común (gracias a que tienen jurados desde hace siglos, por supuesto)
Sino, vean estas magníficas instrucciones.
Juez Peter Blair, de civil
5. Corresponde a la Fiscalía refutar que un acusado tenía una “excusa legal” para dañar la propiedad de otra persona.
En este caso, la defensa argumenta que los acusados tenían una (o más) excusas legales.
Ustedes deberán examinar las excusas lícitas que se exponen a continuación y decidir si la fiscalía las ha desmentido.
El uso de fuerza razonable en el daño para prevenir otro delito más grave.
Se debe tratar a una persona como si tuviera una excusa legal si los acusados (en adelante "As"):
(1) emplearon la fuerza que era razonable en las circunstancias que creían en la que se encontraban.
(2) en la prevención de un delito.
(3) Cuando prestaron declaración, puede considerar que los As estaban diciendo que usaron la fuerza para prevenir los siguientes delitos:
a) la exhibición pública de cosas indecentes
b) la exhibición de una representación visible que es abusiva, a la vista de una persona que probablemente se sienta angustiada por ello.
Explicaré un poco más sobre cada una de esas tres partes de esta excusa legal en la que se basan los As, pero lo haré en orden inverso: (3), (2) y luego (1), porque eso lo hará más fácil de entender.
¿Pueden As haber creído genuina/honestamente que existía una situación de hecho que equivale a un delito penal (incluso si la creencia de As era errónea)?
Existe un delito penal por exhibir material indecente en público.
¿Puede As haber creído genuinamente/honestamente que el Ayuntamiento de Bristol estaba exhibiendo 'asuntos indecentes' en público con esta estatua en el Centro?
La definición de 'indecente' en el Oxford English Dictionary incluye:
"impropio; altamente inadecuado o inapropiado; de muy mal gusto; impropio; ofender las normas reconocidas de decoro y delicadeza; muy poco delicado…”
Existe un delito penal por exhibir una representación visible que sea abusiva, a la vista de una persona que pueda causarle angustia.
¿Puede As haber creído genuinamente/honestamente que el Ayuntamiento de Bristol estaba cometiendo ese delito al exhibir una estatua abusiva, donde era probable que una o más personas se sintieran angustiadas por ello?
La defensa argumenta que creía genuinamente/sinceramente que existía una situación de hecho que equivale a que el Consejo cometió estos delitos penales.
La Fiscalía argumenta que la exhibición de esta estatua no implica cometer ningún delito penal en absoluto: no fue ni 'indecente' ni 'abusivo', y puede estar seguro de que los As no creían genuinamente/sinceramente que existía una situación de hecho que implicara estos delitos.
Si deciden que As puede haber creído genuina/honestamente que existía una situación de hecho que equivale a estos delitos penales, deben continuar examinando lo siguiente.
(2) ¿Se llevaron a cabo las acciones de As para prevenir lo que honestamente/genuinamente (aunque sea erróneamente) creían que era un delito?
Los acusados argumentan que eso es lo que estaban haciendo: sus acciones se realizaron para evitar uno o ambos de esos delitos, que honestamente/genuinamente creían que estaban sucediendo.
La Fiscalía argumenta que no estaban tratando de lograr eso, sino que estaban tratando de imponer su propia agenda, porque estaban frustrados por la falta de progreso en el debate democrático sobre la estatua.
¿Empleó As la fuerza 'razonable' para prevenir un crimen, en las circunstancias que creía que se encontraban?
Depende de los jurados decidir qué fuerza era razonable según sus propios estándares. No es lo que As piensa que era razonable, es lo que los jurados piensan que era razonable.
Sin embargo, las 'circunstancias' en las que se usó la fuerza son las circunstancias que los As creían en la que estaban.
Si As solo hizo lo que honesta e instintivamente pensó que era necesario para prevenir un delito, entonces eso sería una fuerte evidencia de que se tomaron medidas razonables.
¿Condenar a los acusados sería una injerencia desproporcionada en sus derechos?
Los tribunales deben leer y aplicar leyes como la Ley de Daños Penales de manera que sea compatible con una serie de derechos fundamentales que todos tenemos.
Dos de esos derechos son:
a) el derecho a la libertad de pensamiento y de conciencia y a manifestar las propias creencias;
b) el derecho a la libertad de expresión, incluida la de tener opiniones e impartir ideas.
Estos derechos protegen no sólo las creencias, como el antirracismo y el propio discurso, sino también las acciones asociadas con la protesta. Incluso cuando esas acciones tienen un impacto más que mínimo en los derechos de otras personas, no es necesario que resulten en una condena. Todo es cuestión de hecho y de grado.
Las limitaciones de estos derechos están permitidas por leyes como la Ley de Daños Penales si son necesarias en una sociedad democrática en interés de la seguridad pública o para la protección de los derechos y libertades de los demás.
Requiere equilibrar los derechos de los acusados a la libertad de conciencia y creencia, a la libertad de expresión y de protesta, frente a los intereses de la seguridad pública y la protección de los derechos y libertades de los demás, como los derechos de propiedad del Concejo Deliberante.
Los As argumentarán que incluso si rechaza todos sus demás argumentos, si los condenara, sería una interferencia desproporcionada en el ejercicio de esos derechos.
Por lo tanto, tendrán los jurados que decidir si la Fiscalía le aseguró que condenarlos por daños penales sería una interferencia proporcionada en el ejercicio de esos derechos.
Incluso si están seguros de que todos los demás elementos del delito de daño criminal se cumplen y que no se aplica ninguna otra excusa legal, deben continuar considerando si es necesario en una sociedad democrática, en interés de la seguridad pública o para la protección de los derechos de los demás, que los acusados deben ser condenados por sus acciones.
Otra forma de abordar esa cuestión es preguntarse si la injerencia en los derechos de los imputados, que provocaría una condena por el delito de daño criminal, es proporcionada en todas las circunstancias, incluidas las actuaciones individuales de cada As.
Es vuestra tarea como jurados hacer una evaluación de dónde se encuentra el equilibrio, teniendo en cuenta todos los hechos del caso.
Al considerar si una condena sería desproporcionada para cualquier As, la pregunta para ustedes como jurados no es si están de acuerdo con sus acciones o sus objetivos, ni se trata de simpatía o si creen que son agradables. Todos en el país tenemos estos derechos y todos disfrutamos de la misma protección de esos derechos. Esto significa que las personas con las que fundamentalmente no estamos de acuerdo tienen exactamente la misma protección que aquellas con las que estamos de acuerdo.
Al examinar los hechos de este caso y decidir si están seguros de que sería proporcionado condenar a un Acusado, es posible que deseen considerar los siguientes factores. La lista no pretende ser exhaustiva y no están obligados a considerar ningún factor individual si no lo considera útil para llegar a su veredicto. También depende de ustedes qué peso darán a los factores que consideren útiles.
a) El alcance de la interferencia con los derechos de otros, en particular los derechos del Ayuntamiento de Bristol y de otros habitantes de Bristol en cuyo nombre tenían esta estatua en fideicomiso.
b) Si los As creían en las opiniones que motivaron sus acciones.
c) Si esos puntos de vista se relacionan con cuestiones muy importantes.
d) La importancia para el Acusado del método de protesta adoptado.
e) Si las acciones del Demandado estaban dirigidas directamente al asunto que desaprobaba.
f) Si las acciones del Acusado presentaban un peligro para la seguridad pública.
Y así sigue explicando el juez el resto de los ítems (ajenidad, etc. Ver completas las extraordinarias instrucciones (aquí).
ALEGATOS DE CLAUSURA
El fiscal Hughes mostró a los miembros del jurado el video que capturaba el rol de cada uno de los acusados en el derrocamiento de Colston (ver nuestra nota anterior de ayer). Recordó el testimonio del jefe de cultura del Concejo Deliberante de Bristol, Jon Finch, que dio evidencia de los daños a la estatua, que perdió un bastón y parte de un faldón. Confirmó daños por £ 350 en las barandillas del puerto y £ 2400 en el pavimento.
"La Estatua de Colston fue aprobada en 1895 por el Ayuntamiento, que no había dado permiso a nadie para alterar, dañar o quitar la estatua el 7 de junio".
Pero Liam Walker QC, en representación de la defensa, alegó: “Cada uno de estos chicos estaba en el lado correcto de la historia, pero también estaban en el lado correcto de la ley. Las hazañas de Colston pueden ser históricas, pero la continua veneración hacia él en esta ciudad no lo fue. La continua veneración de él en una vibrante ciudad multicultural fue un acto de abuso".
LA ÚLTIMA PALABRA DE LOS ACUSADOS
Milo Ponsford miró al jurado en sus palabras finales y les dijo: "Pensé que una estatua que celebra a una figura como Colston era vergonzosa y ofensiva para la gente de Bristol". Rhian Graham dijo que había actuado "como aliada y en solidaridad" con las personas de color.
Hombre Araña Skuse admitió haber hecho rodar la estatua de Colston hasta el puente "Pero´s Bridge", nombrado así en honor a Pero Jones, un hombre esclavizado que murió en Bristol. Skuse dijo que la protesta simbólica era sentenciar a Colston a muerte y tirarlo al agua. “Sabía que teníamos razón, sabía que todo el mundo lo quería. Sabíamos que Bristol lo quería, todos querían lo mismo ".
EL VEREDICTO
Análisis, repercusiones
"El jurado decidió que dañar una estatua era de hecho una forma aceptable de protesta política cuando aceptaron el argumento de los abogados defensores de que condenar a los cuatro violaría su derecho humano a reunirse, pensar libremente y expresarse", dijeron los profesores asistentes al debate.
La defensa también argumentó con éxito que la mera presencia de la estatua de Colston, y su placa que describe al traficante de esclavos como el "más virtuoso" de Bristol, era tan alarmante que tuvo que ser eliminada de acuerdo con la Ley de Orden Público.
Raj Chada QC, abogado defensor, explicó que no hubo jury nullification (en Inglaterra lo llaman perverse verdict o veredicto perverso o contra la ley). Los cuatro acusados fueron finalmente absueltos porque “tenían una excusa legítima de por qué cometieron los actos que cometieron. Esta justificación incluía su derecho convencional a la libertad de expresión, su derecho a la conciencia y que una condena sería una injerencia desproporcionada en esos derechos".
El prestigioso diario THE GUARDIAN sostuvo "los activistas contra el racismo han elogiado la decisión de un jurado de absolver a los manifestantes responsables de derribar una estatua del traficante de esclavos Edward Colston como un gran paso para lograr que el Reino Unido se enfrente a su pasado colonial.
"La defensa había instado a los jurados a "estar en el lado correcto de la historia" , diciendo que la estatua, que estuvo en la ciudad durante 125 años, era tan indecente y potencialmente abusiva que constituía un crimen su sola presencia."
El derrocamiento de la estatua y la apasionada defensa realizada en la corte por los Colston Four hace que esa política deliberada de miopía histórica sea ahora imposible ".
“El veredicto presenta un caso convincente de que la mayoría del pueblo británico quiere lidiar con nuestro pasado colonial y de comercio de esclavos, no huir de él. Eso es importante de entender y espero que les dé a los líderes políticos un poco más de confianza cuando se trata de desafiar la 'guerra cultural' que nuestro Gobierno está llevando a cabo actualmente ".
Los vándalos absueltos pero, ¿adónde iremos a parar?
Pero algunos críticos reaccionaron con furia. Scott Benton, un diputado conservador, denunció el veredicto como una “decisión absolutamente espantosa” y tuiteó: “¿Somos ahora una nación que ignora los actos violentos de daños criminales? Esto envía un mensaje completamente equivocado ".
El ex editor de Sun, Kelvin MacKenzie, dijo que no podía evitar "cuestionar la cordura del jurado". Añadió: "El veredicto fue una señal impactante para todos los manifestantes izquierdistas en el país de que pueden dañar con impunidad siempre y cuando griten la frase crimen de odio".
El Ministro de Transporte, en llamas
MILES HACEN COLA PARA COMPRAR LA REMERA DE BANKSY
El mundialmente renombrado artista grafitero Banksy colaboró con la causa, diseñando una remera cuyos fondos irán para pagar la defensa de los chicos que, como es obvio, no tienen un cobre (no quarter). La respuesta del Pueblo fue increíble. Vean el video.
"¿QUÉ ES EL JURY NULLIFICATION?"
Andrés Harfuch escribió un artículo sobre el tema en el libro "EL JUICIO POR JURADOS EN LA JURISPRUDENCIA NACIONAL E INTERNACIONAL. Sentencias comentadas y opiniones académicas del common law, del civil law y de la Corte Europea de Derechos Humanos", Tomo 5-b, Editorial Ad Hoc, 2020. He aquí un extracto cedido por su autor:
Alberto Binder y Andrés Harfuch, con el libro
IV. El poder de veto del jurado: la nulificación de la ley (jury nullification)
Pero hay un escenario final, que el jurado ejerce desde siempre y en todas las latitudes de manera infrecuente y excepcional. Un escenario en que el jurado decide de manera directa el derecho aplicable, aún contra las instrucciones legales del juez. Es un escenario que volvió célebre al jurado en todo el mundo a lo largo de la Historia, por su resistencia ante la opresión y a la Tiranía y a las leyes injustas que contravienen su innato sentido de justicia, de sentido común y de equidad natural.
Es el así llamado jury nullification; en castellano, el poder del jurado para nulificar la ley. Es un poder de veto que el jurado posee gracias a tres características bien definidas e incuestionables del juicio por jurados:
1) la prohibición de obligar a los jurados de dar sus motivos o a revelar jamás lo debatido en sus deliberaciones (veredicto general).
2) la prohibición de castigar a los jurados por sus veredictos.
3) la prohibición de juzgar de nuevo al acusado tras el veredicto de no culpable de un jurado (CADH, 8º inc 2º “h”).
Esto autoriza al jurado (al Pueblo) a tomar directamente sobre sí el derecho aplicable para absolver irrevocablemente al acusado, o para condenarlo por un delito menor incluido más leve.
Usualmente se asocia este poder de nulificación del jurado a sinónimos negativos tales como el “desconocimiento de la ley”, “hacer caso omiso a las instrucciones”, etc.
No estamos de acuerdo: es una exageración considerar que el jurado, cuando nulifica, “desobedece al derecho” o “falla contra la ley”. Esto no es así, en modo alguno. Cierto es que el jurado en todos los países rechazó, mediante su veredicto inapelable de no culpabilidad, las leyes que le repugnaron moralmente. Pero, lejos de desconocer la ley, lo que el jurado hace siempre en estos casos es afirmar valores superiores de derecho constitucional frente a una ley inferior.
Si el jurado decide absolver, el caso se terminó definitivamente. Es el final. El pronunciamiento es irrevocable por imperio del carácter inmotivado de su veredicto general, de la irrecurribilidad y firmeza final del veredicto absolutorio del jurado, de la prohibición de persecución penal múltiple y del hecho de que los jurados jamás podrán ser castigados por el veredicto que rindan.
Lo cual deja al jurado, en estas situaciones excepcionales, como árbitro último de la aplicación de la ley. En otras palabras, confiere al Pueblo la última palabra sobre la aplicación de la ley penal y la validez de su contenido de justicia en relación a un caso concreto. El jurado en todas las latitudes y en todos los tiempos ha ejercido este poder nulificante de la ley y ha dejado en claro su sentido natural de justicia, de equidad y de afirmación de los valores constitucionales frente al caso concreto, independientemente de los hechos probados.
El derecho constitucional norteamericano -fuente indiscutida de la Constitución de 1853- expresa con mucha claridad su y nuestro propio diseño constitucional:
"La Constitución provee cinco tribunales distintos con poder de veto sobre la ley -diputados, senadores, ejecutivo, jueces- y, finalmente, los jurados. Cada promulgación de la ley debe superar todos estos obstáculos antes de que obtenga la autoridad para castigar a aquellos que opten por violarla".
V. Casos célebres y casos normales de jury nullification
Entran en esta categoría, por ejemplo, las absoluciones de los tenedores de droga para consumo personal o medicinal (o, en el pasado, por juicios a tenedores de alcohol en época de la Ley Seca); las mujeres que abortan o los médicos que ayudan a morir a personas con padecimientos atroces.
En casi todos los países del common law, los jurados absuelven a los acusados por más que el hecho esté probado, pero no porque desconozcan la ley o desoigan el derecho aplicable, sino porque están afirmando valores absolutamente elementales de derecho constitucional.
En el caso de los tenedores de droga para uso personal o medicinal, haciendo valer la garantía de la intimidad y la privacidad.
En el caso de las famosas absoluciones del jurado a William Penn en 1670 y a los Siete Obispos en 1688 en Inglaterra , afirmando la libertad religiosa.
En la Inglaterra puritana de Cromwell, se sancionó una ley que castigaba con la muerte al adulterio. Tras algunos juicios en los que los autores fueron declarados culpables y ahorcados, Cromwell tuvo que derogar la ley porque, en los casi cien juicios posteriores, los jurados absolvieron a todos los acusados. El mensaje del Pueblo soberano al gobernante de turno estaba clarísimo, en cuanto a su repudio a semejante ley violatoria al derecho humano de relacionarse libremente con otras personas.
Fue el jurado, con la absolución del preso y la condena al director del penal, el que logró el cierre definitivo de la tristemente célebre cárcel de Alcatraz en los años ´50 en Estados Unidos, donde se torturaba y maltrataba a los presos de una forma inimaginable. En todos estos casos los jurados afirmaban valores constitucionales de rango superior.
En las célebres absoluciones de los jurados a los colonos norteamericanos por hechos de rebelión contra el Imperio inglés, hicieron valer el derecho constitucional de resistencia a la opresión; la absolución en 1735 del editor colono John Peter Zenger, perseguido por la Corona inglesa por difamar al Imperio desde su diario, sentó las bases para la libertad de prensa en Estados Unidos y el mundo. Además (y fundamental) para que los delitos de imprenta fueran siempre juzgados por jurados y jamás por jueces profesionales.
Los obreros ingleses y norteamericanos en huelga, cuando tal práctica no era un derecho universal, sino un delito reprimido en el Código Penal (circa 1890), eran encarcelados y llevados a juicio por jurados. La inmensa mayoría de los juicios terminaba con el veredicto inapelable de “no culpable” para los obreros. Semejante oposición fue, entre otros factores, lo que ayudó a las movilizaciones obreras de ese tiempo a conquistar a la huelga como un derecho constitucional a fines del siglo XIX. Ante una ley penal claramente injusta, los jurados afirmaban el derecho de huelga, de rango constitucional superior a cualquier ley.
El jury nullification jugó un papel decisivo en la abolición de la esclavitud en Estados Unidos. Los jurados norteños se negaron repetidamente a condenar a los militantes abolicionistas que, ex profeso, ayudaban a escapar a los esclavos en violación a la Ley de Esclavos Fugitivos de 1850, ofensiva por completo a la dignidad humana consagrada en la Constitución. Pocos años después, Abraham Lincoln derogó la esclavitud por una Enmienda a la Constitución sancionada por el Congreso.
Y así con muchos otros casos casos y situaciones, como los objetores de conciencia en Francia, Inglaterra y Estados Unidos contra la Primera Guerra Mundial o la guerra de Vietnam, por considerarlas guerras inmorales. Eran llevados a juicio por destruir o desobedecer las órdenes de enrolamiento y eran sistemáticamente absueltos por los jurados.
Por ejemplo, en 1985, tras la Guerra de las Malvinas, un funcionario británico llamado Clive Ponting -antecesor de los Wikileaks de Julian Assange y hoy un famoso y valiente escritor- filtró dos documentos clasificados que revelaban cómo la Royal Navy hundió al crucero argentino General Belgrano fuera de la zona de exclusión. Se los dio a un legislador de la Cámara de los Comunes. Lo llevaron ante un juicio por jurados de enorme impacto mediático por violar la Ley de Secretos de Estado de 1911. El fiscal insistió una y otra vez en su condena. Ponting se defendió diciendo que lo hizo en el interés público de que el mundo supiera lo que verdaderamente había pasado con el hundimiento del Belgrano y que actuó en respeto a su “deber por los intereses del Estado”. Su defensa fue escandalosamente rechazada por el juez en las instrucciones al jurado sobre la base de que "el interés público es lo que el Gobierno de ese momento dice” y que “los servidores públicos deben obedecer a su Gobierno”. El juez decidió instruir al jurado ¡que deberían declararlo culpable! A pesar de semejante presión, el jurado lo absolvió, para consternación del gobierno inglés de Margaret Thatcher que, además, tuvo que modificar la ley de 1911. Tal es el poder que tienen los veredictos de un jurado en una democracia. Son veredictos de conciencia.
También hay jury nullification cuando el jurado, por pura misericordia o por considerar inútil o excesivo al castigo, decide absolver o condenar por un delito menor al acusado. Aquí está afirmando algo que los juristas profesionales olvidan a menudo: el principio constitucional de última ratio o subsidiariedad del poder punitivo. Por su carácter accidental y la irrecurribilidad de su veredicto inmotivado, el jurado está en mucho mejor posición para ejercer este poder que el juez profesional. Este sólo podrá declarar inconstitucional la ley al caso concreto, pero es una decisión políticamente muy difícil y sumamente costosa para cualquier juez. Es más, muchas veces le acarreará sanciones de sus superiores o, quizás, el cargo mismo.
Es decir, el jurado ejerce aquí, de manera directa, su poder soberano sobre la aplicación del derecho, siempre en favor del imputado. Su veredicto de no culpabilidad tiene autoridad de cosa juzgada material.
"EL FUTURO DE LA ESTATUA Y EL JURY NULLIFICATION"
A medida que Gran Bretaña sigue afrontando su incómodo pasado de imperio y esclavitud, y su aterrador futuro de calentamiento global, más y más manifestantes acusados seguirán los pasos del Colston 4.
En 2001, Lord Melchett y 27 activistas de GreenPeace evitaron el castigo, gracias al veredicto de un jurado, a pesar de admitir haber destruido cultivos transgénicos para evitar que polinizaran.
Seis años más tarde, Toby Olditch y Philip Pritchard fueron absueltos después de sabotear deliberadamente los bombarderos estadounidenses en RAF Fairford Gloucestershire, argumentando que habrían sido utilizados para cometer crímenes de guerra en Irak.
Apenas el mes pasado, seis manifestantes climáticos que subieron a los trenes Docklands Light Railway fueron absueltos por un jurado que determinó que su furia por la inacción política justificaba la interrupción.
Y el lunes que viene, tres o cuatro acusados más de interrumpir la misma línea de tren probablemente presentarán argumentos similares en el último caso de protesta que llegó a los tribunales.
Mike Schwarz, un abogado penalista del estudio Hodge, Jones y Allen que los defenderá, argumenta que estos manifestantes están lejos de ser la "mafia sin ley" con que se los cataloga.
"Hay un hilo dorado que atraviesa estos casos", dijo a The Mirror.
"Los manifestantes tienen puntos de vista políticos y de principios, los ponen en acción, los hacen responsables y luego los explican en la corte. No ocultan lo que están haciendo".
Raj Chada, quien defendió dos de los Colston 4, cree que el veredicto de ayer es una gran victoria para quienes salen a las calles y luchan contra la injusticia. "La gente se animará con esto", dijo.
“El problema de Colston fue muy particular y particular para Bristol. No era solo que fuera un traficante de esclavos. El verdadero delito en particular era la insultante placa conmemorativa, 'a uno de los hijos más virtuosos y sabios de su ciudad'.
Derribado, arrojado y finalmente recuperado, la estatua ahora está en exhibición pública en un museo de Bristol. Como reconoció el testigo de la acusación Jon Finch, jefe de cultura e industrias creativas del Ayuntamiento de Bristol, la estatua de Colston tiene un valor cultural 50 veces más grande que antes, ya que ahora habla del “pasado, presente y futuro” de Bristol. Lo cierto es que no volverá a su pedestal y su nombre, con cada día que pasa, es retirado en silencio de todas las calles y colegios de Bristol.
Leer noticias aquí:
- The Conversation; Academic rigour, jounalistic flair (9/1/22): "We attended the trial of the Colston four: here’s why their acquittal should be celebrated" (ver)
- The Guardian (7/1/22): "Britain’s shameful slavery history matters – that’s why a jury acquitted the Colston Four" (ver)
- Daily Mail (10/1/22): "An extraordinary, dangerous vandals' charter: MPs slam verdict in Colston statue destroying case and government vows to keep prosecuting suspects as mob of BLM activists who tore it down spout woke platitudes on the court steps after walking free" (ver)
-The Guardian (11/1/22): "Lawyers jump to juries’ defence as Tories fume at Colston Four verdict" (ver)
- El Búho (14/1/22): "La estatua que honraba a un esclavista y el juicio contra quienes la voltearon" (ver)