El acusado y su abogado, emocionados tras el veredicto de NO CULPABLE |
Un joven que estuvo detenido durante tres años y nueves meses acusado de cometer un crimen en la localidad de Los Hornos fue declarado inocente en el marco de un juicio por jurados que se desarrolló durante cuatro jornadas en el fuero Penal de La Plata.
En diciembre de 2015 la víctima fue encontrada muerta en su vivienda. El cuerpo presentaba más de 40 puñaladas. El acusado fue amenazado en la comisaría y obligado a reconocer un crimen que no cometió. El jurado popular lo absolvió y puso fin a su calvario.
Federico Vicente Lisi Rios estaba acusado de ser el asesino del electricista Miguel Ángel Quesada (62) quien fue asesinado en su vivienda de 138 entre 60 y 61. El cadáver fue encontrado por el joven, quien luego de un profundo interrogatorio policial que duró varias horas, contra su voluntad, dijo que fue el autor del hecho.
Con esta confesión ilegal como única prueba se sostuvo la acusación y el encierro. El juez de Garantías del caso fue César Melazo, en la actualidad detenido acusado de conformar una megabanda criminal mixta que cometía todo tipos de delitos en La Plata con presunta protección judicial.
Al momento del hecho el titular de la comisaría de Los Hornos era Sebastián Cuenca, quien fue exonerado de la fuerza y condenado en el marco de la causa denominada “sobres de coimas policiales”. Además uno de los policías que participó del allanamiento en la casa del acusado fue apartado de la fuerza y está bajo proceso judicial señalado por varios delitos.
La defensa de Lisi Ríos estuvo a cargo de abogado Gonzalo Alba quien tomó el caso a principios del año 2016. El defensor no tuvo dudas y llevó el caso ante un jurado popular para remediar semejante injusticia. La exacerbada calificación legal en la etapa de instrucción - homicidio criminis causa (perpetua)- no fue ni siquiera sostenida en el debate por el fiscal Jorge Paolini, quien acusó por homicidio simple. El debate fue dirigido por el juez Claudio Bernard.
Durante todo el proceso la defensa, de la que también participaron los abogados Mauro García Strigl y Lautaro Iroz, insistió en la inocencia del acusado y reclamaba que, al menos, transite el proceso en libertad, pero sus planteos fueron rechazados en todas las instancias. El desenlace resultó el peor para el estado de derecho: un inocente preso mucho más allá del plazo razonable establecido, un crimen impune, dos familias destrozadas y la sociedad lesionada por la baja calidad institucional.
El debate fue controlado por el juez Claudio Bernard del Tribunal Oral Criminal II de La Plata y la acusación estuvo en manos de fiscal Jorge Paolini, quien pidió que el acusado sea condenado por homicidio en concurso con hurto.
El hecho fue descubierto el jueves 17 de diciembre de 2015 alrededor de las 19:00 horas, en la vivienda donde residía la víctima. El hijo de la víctima hacía tiempo no tenía noticias de su padre, se dirigió hasta la casa de aquel y lo encontró muerto, por lo que alertó al número de emergencias 911.
Cuando los efectivos arribaron a la escena del crimen constataron que la víctima, que trabajaba como electricista de obra y en mantenimiento de edificios universitarios, presentaba varios cortes en el tórax y uno muy profundo en el cuello.
La casa estaba cerrada por dentro, a raíz de lo cual una de las pistas apuntaban a que quien lo asesinó era conocido de Quesada o bien éste le permitió el ingreso por algún motivo en particular.
Lisi Ríos era ayudante del electricista. Las versiones policiales de entonces indicaban que tras el interrogatorio "se quebró emocionalmente" y confesó ser el homicida. Siempre según el relato policial que fue aceptado como verdad única el joven dijo primero que había asesinado a Quesada tras mantener relaciones sexuales porque éste se había negado a pagarle por ese servicio, no obstante luego aseguró que en realidad mantenían una relación amorosa desde hace un año y que había cometido el crimen "por celos".
Pero nada de esa versión fue corroborada en el expediente instructorio. No obstante, esa ilegal confesión (sin asesoramiento legal previo y en ausencia de funcionarios judiciales que resguarden sus derechos) fue tomada como evidencia clave para manatener preso a un inocente durante 4 años.
El esclarecimiento del caso que sigue impune a casi cuatro años de ejecutado el homicidio. Pero al menos un inocente quedó en LIBERTAD por decisión del jurado popular.
La víctima fatal |
Con esta confesión ilegal como única prueba se sostuvo la acusación y el encierro. El juez de Garantías del caso fue César Melazo, en la actualidad detenido acusado de conformar una megabanda criminal mixta que cometía todo tipos de delitos en La Plata con presunta protección judicial.
Al momento del hecho el titular de la comisaría de Los Hornos era Sebastián Cuenca, quien fue exonerado de la fuerza y condenado en el marco de la causa denominada “sobres de coimas policiales”. Además uno de los policías que participó del allanamiento en la casa del acusado fue apartado de la fuerza y está bajo proceso judicial señalado por varios delitos.
El abogado defensor Gonzalo Alba, de gran labor |
La defensa de Lisi Ríos estuvo a cargo de abogado Gonzalo Alba quien tomó el caso a principios del año 2016. El defensor no tuvo dudas y llevó el caso ante un jurado popular para remediar semejante injusticia. La exacerbada calificación legal en la etapa de instrucción - homicidio criminis causa (perpetua)- no fue ni siquiera sostenida en el debate por el fiscal Jorge Paolini, quien acusó por homicidio simple. El debate fue dirigido por el juez Claudio Bernard.
Durante todo el proceso la defensa, de la que también participaron los abogados Mauro García Strigl y Lautaro Iroz, insistió en la inocencia del acusado y reclamaba que, al menos, transite el proceso en libertad, pero sus planteos fueron rechazados en todas las instancias. El desenlace resultó el peor para el estado de derecho: un inocente preso mucho más allá del plazo razonable establecido, un crimen impune, dos familias destrozadas y la sociedad lesionada por la baja calidad institucional.
El debate fue controlado por el juez Claudio Bernard del Tribunal Oral Criminal II de La Plata y la acusación estuvo en manos de fiscal Jorge Paolini, quien pidió que el acusado sea condenado por homicidio en concurso con hurto.
EL CASO
Cuando los efectivos arribaron a la escena del crimen constataron que la víctima, que trabajaba como electricista de obra y en mantenimiento de edificios universitarios, presentaba varios cortes en el tórax y uno muy profundo en el cuello.
La casa estaba cerrada por dentro, a raíz de lo cual una de las pistas apuntaban a que quien lo asesinó era conocido de Quesada o bien éste le permitió el ingreso por algún motivo en particular.
Lisi Ríos era ayudante del electricista. Las versiones policiales de entonces indicaban que tras el interrogatorio "se quebró emocionalmente" y confesó ser el homicida. Siempre según el relato policial que fue aceptado como verdad única el joven dijo primero que había asesinado a Quesada tras mantener relaciones sexuales porque éste se había negado a pagarle por ese servicio, no obstante luego aseguró que en realidad mantenían una relación amorosa desde hace un año y que había cometido el crimen "por celos".
Pero nada de esa versión fue corroborada en el expediente instructorio. No obstante, esa ilegal confesión (sin asesoramiento legal previo y en ausencia de funcionarios judiciales que resguarden sus derechos) fue tomada como evidencia clave para manatener preso a un inocente durante 4 años.
El esclarecimiento del caso que sigue impune a casi cuatro años de ejecutado el homicidio. Pero al menos un inocente quedó en LIBERTAD por decisión del jurado popular.
Columna periodística escrita por Martín Soler para 0221.com.ar
Leer noticias aquí:
- 0221.com.ar (20/09/19): "Estuvo preso por un crimen más de 3 años en Los Hornos y resultó ser inocente" (ver)
- La Nación (22/09/19): "Lo acusaron de matar a su jefe y pasó casi cuatro años preso: era inocente" (ver)
- La Nación (22/09/19): "Lo acusaron de matar a su jefe y pasó casi cuatro años preso: era inocente" (ver)