Según la instrucción, dos sujetos lo golpearon en la cabeza, al arrojarle un pedazo de baldosa o un adoquín. Al desvanecerse, el albañil fue colocado sobre las vías y un tren lo pasó por encima, seccionándolo en dos.
Al parecer (todo al parecer, todos supuestos), el móvil fue el robo. Días después, detuvieron a un menor y a Juan Pablo Castro por haber estado en un boliche y supuestamente haber conocido a la víctima. Puros rumores y nada en concreto. Evidentemente, detuvieron a inocentes sin pruebas y los mantuvieron casi dos años en prisión preventiva. Una verdadera tragedia del sistema judicial.
Juan Pauli Castro, liberado de inmediato |
El año pasado, en el primer debate, el adolescente menor de edad fue absuelto por total falta de evidencia por decisión de los jueces de menores Luis Surget, Aída Lhez y Marcos Milano. El chico de 17 años estuvo más de un año preso en el Instituto Lugones.
Debe ser el primer caso de la historia en la provincia de Buenos Aires en que es convocado un jurado que se retira sin dar su veredicto porque la fiscalía abandonó la acusación. Debería ser el último en suceder, si es que se aplican correctamente las normas sobre litigación adversarial, preparación previa de la teoría del caso y chequeo antes del debate de los testimonios que incorporaron las leyes 14.453 y 14.442. Sobre todo con personas detenidas, que ahora reclamarán con justicia al Estado por su prolongada privación de la libertad.
El acusado Castro fue defendido por la defensora oficial Mariana Mocciaro. Karina Gennuso y Mariela Viceconte fueron las fiscales. Joaquín Duba fue el juez del debate.
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- El Tiempo (9/04/19): "El juicio con jurados por el homicidio de un albañil finalizó con otra absolución" (ver)