Finalizó ayer un debate de dos jornadas en un juicio por jurados que se desarrolló en la sede de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLAM).
Ante una nutrida concurrencia, conformada principalmente por cientos de estudiantes universitarios, el jurado arribó a un veredicto unánime de "culpable de homicidio con arma de fuego" contra el Chani Molina.
Además, estuvieron presentes el Subsecretario de Justicia de Mendoza, Dr. Marcelo D´Agostino y el Presidente de la AAAJ, Dr Héctor Granillo Fernández. El funcionario mendocino, ante la inminente sanción de la ley de juicio por jurados, llegó desde su provincia para presenciar un juicio por jurados real.
Además, estuvieron presentes el Subsecretario de Justicia de Mendoza, Dr. Marcelo D´Agostino y el Presidente de la AAAJ, Dr Héctor Granillo Fernández. El funcionario mendocino, ante la inminente sanción de la ley de juicio por jurados, llegó desde su provincia para presenciar un juicio por jurados real.
Durante la madrugada del 26 de febrero de 2017, en el barrio "La Talita" de González Catán, uno de los hermanos Gorostegui fue amedrentado por una banda de marginales que habitualmente pasaba el rato en la esquina, tomando alcohol y consumiendo todo tipo de drogas.
Uno de los integrantes de dicha horda -algunos testigos afirman que eran más de veinte- le pidió al pasar un cigarrillo. La amenaza y la tensión se percibían en el éter. Gorostegui sacó un cigarrillo y se lo dio, quizás buscando descomprimir lo que a esta altura ya todos nos imaginamos. Pero no fue así. Como único agradecimiento por haber accedido favorablemente al pedido, el joven Gorostegui recibió varias piñas. Para decirlo de otra manera: cobró para todo el campeonato.
Indignado, corrió hasta su casa y salió armado con un cuchillo, con la intención de poner las cosas en su lugar. "Uno habilita de onda el faso y lo embocan... así no", se escuchó decir que dijo en la audiencia. Su hermano corrió tras él para frenarlo.
Pero muy bien no les fue. Los veinte lúmpenes se encargaron de darles una tunda feroz a los hermanos Gorostegui. Los esperaron en la esquina y los molieron a golpes de puño y patadas.
Los salvó el gong paterno. Severamente lastimados, la oportuna intervención de don Gorostegui padre evitó que los mandaran al camposanto. El pater familiae los agarró y los puso a resguardo dentro de la casa.
Pero esta cofradía de humanoides quería más. No conformes con la paliza, y después de más tragos e ingesta de kannabis sativa matancera, la patota se dirigió en masa hasta la puerta del hogar de la familia Gorostegui. Entre ellos se encontraba Gastón Alejandro Molina, alias "Chani".
Chani portaba un arma de fuego. Tiró dos tiros al aire y comenzó a exigir que salieran los hermanos al grito de "¡Eh, gatos! 🐱🐱🐱 ¡Salgan, cagones!".
Como no salían, comenzó a romper los vidrios de un viejo Volkswagen del padre que estaba estacionado en la calle.
A don Gorostegui no le quedó más remedio que salir. A dar la cara. A enfrentar al peligro. Detrás de él salieron sus hijos, entre ellos, Diego Gorostegui.
La horda de forajidos del Chani salió corriendo y comenzó a efectuar disparos desde la esquina. Uno de esos disparos ingresó por la espalda de Diego y acabó con su vida.
El juez Matías Deane, conduciendo el debate. |
Los casos de las partes y el veredicto
El fiscal Miguel Froncillo expuso un caso sólido y concreto: Molina quiso acabar con la vida de Diego Gorostegui. Lo fue a buscar, provocó que saliera, le disparó y lo mató.
El abogado defensor, Miguel Fornaro, alegó que el acusado había actuado defendiéndose legítimamente de la agresión que él y sus amigos estaban sufriendo.
Tras los alegatos finales de las partes, con su habitual profesionalismo, el juez Matías Deane leyó al jurado las instrucciones sobre el derecho aplicable.
Correctamente, además de las hipótesis en disputa incluyó un delito menor incluido. De tal modo, el formulario de veredicto contaba con las siguientes opciones:
- Culpable de homicidio agravado por el empleo de arma de fuego (de acuerdo a la acusación del fiscal).
- Culpable de homicidio agravado por el empleo de arma de fuego con exceso en la legítima defensa (delito menor incluido).
- No culpable (de acuerdo a la legítima defensa propia y de terceros planteada por el acusado).
Evidentemente, para el jurado los hechos fueron claros. La legítima defensa planteada carecía de sustento, pues Molina fue uno de los que provocó la situación de violencia desde un primer momento.
Tras una hora de deliberación, el veredicto fue contundente: "Nosotros, el jurado, encontramos al acusado Gastón Molina, culpable del delito de homicidio agravado por el empleo de arma de fuego por unanimidad".
Presencia del Subsecretario de Justicia de Mendoza
El juicio fue seguido con atención por el Subsecretario de Justicia de la provincia de Mendoza, Marcelo D'Agostino, presente en la sala con el interés de presenciar un juicio con jurados populares en la provincia de Buenos Aires ante la inminente sanción de la ley mendocina. D´Agostino se interesó vivamente por el modo de conducción del juicio, por el modelo de gestión y por el software para sortear aleatoriamente a los jurados intervinientes.
También estuvieron presentes el presidente de la Asociación Argentina de Juicio por Jurados (AAJJ), Héctor Granillo Fernández, su vicepresidente, Andrés Harfuch, y Aldana Romano, directora ejecutiva
del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (INECIP).
Tras escuchar los alegatos finales, todos ellos se dirigieron hacia la sede del INECIP, donde mantuvieron una reunión para tratar cuestiones atinentes al sistema de jurados y al proyecto mendocino que ya cuenta con media sanción.
Aldana Romano, Héctor Granillo Fernández, Andrés Harfuch y Marcelo D'Agostino |
Aldana Romano, Andrés Harfuch y Marcelo D'Agostino en el INECIP |