Durante los días lunes y martes de esta semana se llevó a cabo un nuevo juicio por jurados en el departamento judicial de Azul, en el que se juzgó un homicidio agravado ocurrido en la ciudad de Bolívar.
Lugar donde fue encontrado el cuerpo sin vida de Gabriela Iberra (*) |
En el invierno de 2016 Adrián Guillermo Alvarez, de 39 años, supo que su esposa Gabriela Iberra, de la misma edad, le era infiel con un antiguo novio de la adolescencia. Aparentemente, la infidelidad había sido descubierta y blanqueada por uno de los hijos de la pareja.
Ello originó fuertes peleas pero, sin embargo, la relación de pareja se mantuvo durante aproximadamente un mes, cuando las peleas culminaron de un modo fatal.
La noche 10 de agosto de 2016 un grupo de personas caminó hacia la patrulla policial que permanentemente se encuentra ubicada frente al Hospital Municipal local para informar que habían encontrado el cuerpo de una mujer detrás de ese nosocomio.
Luego se constató que se trataba de Iberra.
Horas después se entregó voluntariamente ante la comisaría de la zona su esposo, Adrián Álvarez, admitiendo ser el responsable del crimen.
Según pudieron reconstruir los investigadores, esa noche Alvarez pasó a buscar a Iberra por su trabajo, en el Centro de Rehabilitación Integral de Bolívar (CRIB).
Centro de Rehabilitación Integral de Bolívar (*) |
Dentro de su automóvil, una Ford Ecosport, se habría producido una fuerte discusión (atribuida a aquella infidelidad) y en ese contexto Alvarez le propinó once puñaladas a su esposa con un cuchillo de cocina.
La muerte fue inmediata.
Alvarez arrojó el cuerpo a la calle y condujo hasta Olavarría para reunirse con su abogado y, luego, entregarse a las autoridades.
Fiscal David Carballo |
El abogado defensor (Sebastián Barrio) sostuvo que el hecho había sido cometido, pero mediando circunstancias extraordinarias de atenuación, a la luz de lo que correspondería una pena dura, pero inferior a la de la hipótesis de la acusación.
Tras el juicio, el juez Martín Céspedes instruyó al jurado por esas dos opciones jurídicas y agregó una tercera como delito menor incluido: homicidio agravado en estado de emoción violenta.
La deliberación fue ardua. Durante horas, los jurados debatieron y analizaron meticulosamente los hechos y las pruebas, a la luz de las instrucciones impartidas por el juez. Incluso llegaron a pedir mayores precisiones manifestando al juez que no lograban coincidir en si se había tratado de un caso de emoción violenta o de circunstancias extraordinarias de atenuación.
Finalmente, arribaron a un veredicto. El acusado fue encontrado culpable del delito de homicidio agravado por el vínculo con circunstancias extraordinarias de atenuación.
Luego de ello el jurado fue dispensado e inmediatamente el juez celebró la audiencia de cesura con las partes.
La fiscalía requirió que, de acuerdo al veredicto del jurado, se condene al acusado a la pena de 18 años de prisión.
El juez dará a conocer la pena correspondiente en los próximos días.
(*) Fotos: Diario La Mañana
Finalmente, arribaron a un veredicto. El acusado fue encontrado culpable del delito de homicidio agravado por el vínculo con circunstancias extraordinarias de atenuación.
Luego de ello el jurado fue dispensado e inmediatamente el juez celebró la audiencia de cesura con las partes.
La fiscalía requirió que, de acuerdo al veredicto del jurado, se condene al acusado a la pena de 18 años de prisión.
El juez dará a conocer la pena correspondiente en los próximos días.
(*) Fotos: Diario La Mañana