Pero, antes de entrar de lleno en el caso, es necesario relatar la historia del enfrentamiento entre dos bandas de lúmpenes, La Banda de los Simios y La Banda de los Almaraz, que provenían de dos barrios enemigos, Juramento y San Martín. Lo de siempre: el barrio y su banda querían imponerse en territorio ajeno. Sin este relato, es imposible entender los sucesos de este juicio por jurados.
El Planeta de los Simios, de gira por La Feliz |
Cardacci y los Almaraz querían mandar en el barrio San Martín, pero la pelea con López les quitó fuerza. A partir de allí le tiroteaban la casa diariamente. El Noqueador Cardacci (integrante de la Banda de los Almaraz) tenía berretines de guapo en el barrio San Martín, por lo cual esta ofensa no podía quedar impune. Estaba perdiendo el respeto. Había que ponerle los puntos.
Esta muerte -sumada a la que ocurrió horas después y que fue juzgada con jurados- sacó definitivamente de su rutina a la noche en curso. El vecindario se agitó mal. Pero muy mal. Hubo fuego y corridas por todo lados. Entre los indignados estaba Pablo Farías, otro taita que quería tomar el mando en el barrio. Muchos caciques y pocos indios, diría el General.
"Hoy somos todos Renault Fuego", noche ardiente en el Barrio San Martín. |
Era un secreto a voces que Los Almaraz y el Noqueador Cardacci eran provistos de armas de fuego por La Banda de Los Simios. El difunto López y sus amigos estaban haciéndole sombra a la Banda de Los Almaraz y Cardacci. Esto fue lo que precipitó los acontecimientos.
EL JUICIO POR JURADOS: Farías acuchilla y mata al "Chino" Palacios (Simio)
Mientras se producía la muerte de López y el agite posterior, el Chino Palacios, vecino del barrio San Martín, estaba en un asado con La Banda de los Simios. Su pareja, Roxana (de ahora en adelante La Viuda), lo llamó preocupada por el caos, los disparos de armas de fuego, los gritos, los ruidos de motos acelerándose y los incendios de autos. El mensaje era claro: los amigos de López se estaban tomando revancha.
La Banda de los Simios vio allí la oportunidad para copar la parada en el barrio rival. Dejaron los chinchulines, el bofe, las mollejas y la tira de asado para subirse a dos motos. Cuatro de nuestros ancestros partieron raudamente hacia la noche en llamas. Conducía el grupo el líder de la banda, cuyo nombre no daremos.
🔥🔥🔥🔥🔥Dame fuego, dame, dame fuego🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥 |
Las motos y los cuatro primates pasaron por la esquina de García Lorca y Echeverría, punto de mando absoluto de Farías, quien había permanecido en el lugar después de la muerte de López a la espera de no se sabe bien qué. Pasó la primer moto, en la que iba el Líder Simio y, al pasar la segunda, Farías se interpuso en su camino al grito de ¿Qué onda? y apuñaló al Chino Palacios en el corazón. Segundo homicidio en el barrio en cuestión de horas, y a los incendios que provocaron los amigos de López ahora se sumaba el incendio de la casa de Farías. Pero ahora las antorchas las llevaban Los Simios.
Luego de los alegatos de apertura, Farías pidió la palabra, se sentó y confesó haber matado al Chino, pero en legítima defensa ante el ataque de los MotoSimios. Detalló que no quiso declarar antes porque los fiscales y jueces no le iban a creer y que confiaba en la gente, que por eso eligió el juicio por jurados. Mientras declaraba, La Viuda se enfureció y se le fue a las manos en plena sala a Farías. La policía logró reducirla. Pero todos rodaron patéticamente por el suelo, delante del jurado, y una mujer policía se dobló el tobillo. Hubo que asistirla.
El fiscal Fernando Berlingeri, de gran actuación en el juicio |
El fiscal Fernando Berlingieri le pidió pruebas de sus dichos. Farías dio nombres. El fiscal los fue a buscar, los trajo al día siguiente al juicio y no pudieron sostener la versión de la legítima defensa. Farías insistió con que el Chino Palacios estaba armado con un revólver. El fiscal trajo entonces al perito balístico quien, con total precisión, certificó que la pericia había resultado negativa en cuanto a la existencia de accidentes balísticos. Su coartada se venía abajo en toda la línea.
El golpe letal llegó cuando declaró el médico forense. Sostuvo que difícilmente el Chino Palacios pudiera haber manipulado un arma de fuego y conducido la moto al mismo tiempo, porque había tenido una ingesta alcohólica que, traducida en vino, sería de aproximadamente tres litros.
La fiscalía advirtió, en su alegato de clausura, que Farías puso en su relato el arma en la mano derecha de Palacios, olvidando que los controles de la moto están a la derecha, lo que hace imposible la conducción y el manejo del arma en forma simultánea.
La jueza Mariani Irianni, quien se convirtió en la primera mujer de Mar del Plata en dirigir un juicio por jurados, instruyó al jurado sobre las tres opciones de veredicto: homicidio simple, exceso en la legítima defensa y legítima defensa.
Tras dos horas de deliberación, el jurado, por unanimidad, declaró culpable a Pablo Farías de homicidio simple.
Jueza Mariani Irianni |
Leer las noticias aquí:
- Diario La Capital de Mar del Plata (31/05/18) "Un jurado popular halló culpable a un hombre por un asesinato" (ver)