Culminó en San Martín un nuevo juicio por jurados con la condena a un técnico en refrigeración paraguayo de 40 años, llamado Arnulfo Maidana y la declaración de inocencia del fletero Guerrero.
Se los acusaba de haber raptado a una joven de 23 años a la salida de una fiesta en una quinta en José C. Paz para someterla sexualmente. Los hechos estaban muy controvertidos en un punto fundamental: ¿hubo o no hubo consentimiento en la relación sexual que mantuvieron Maidana y la víctima en la casa del acusado, tras la fiesta?
Esta controversia salió plenamente a la luz tras el intenso enfrentamiento adversarial entre las dos excelentes abogadas que protagonizaron el juicio: Vanessa Leggio, por la fiscalía, y María Luba Lazarczuck por la defensa pública. Condujo el juicio, nuevamente de manera muy profesional, el juez Luis Molinari, del TOC n° 5 de San Martín.
Juez Luis Molinari, instruyendo al jurado |
La víctima sostuvo que se fue caminando de la fiesta y atrás de ella salió Maidana con otro amigo. Que Maidana llamó por teléfono a un fletero amigo (Guerrero) para que los llevara a la casa. La joven sostuvo que se sintió intimidada por la presencia de los tres hombres y que por eso subió a la camioneta. Una vez en la casa de Maidana, éste la violó, apuntándola con un arma. Ella luego se escapó semidesnuda, con una remera mojada de Maidana y fue directamente a la Comisaría más cercana a hacer la denuncia.
Maidana, por su parte, sostuvo que a la joven la conoció ocasionalmente en la fiesta de la quinta. Todos ellos, incluida la víctima y muchos más, venían de una gira de excesos de alcohol y droga que abarcó varios boliches, hasta culminar en la quinta. Luego quedaron en seguirla en la casa de Maidana, adonde tuvo lugar la relación sexual. La chica estaba tan dada vuelta que se desmayó, por lo que Maidana la reanimó con agua y por eso le dio una remera suya seca para que se pusiera encima.
La defensa insistió en que la joven inventó toda esta historia del sexo forzado para justificar ante su novio una ausencia que duró dos días y dos noches.
El juicio se redujo, entonces, a determinar si la relación sexual fue forzada o, por el contrario, consentida.
Finalmente, el jurado, a pesar de los denodados esfuerzos de la defensora oficial, consideró por unanimidad que la joven había sido privada ilegalmente de su libertad y, por mayoría de diez votos a dos, que la joven había sido violada a punta de pistola. Ambos hechos cometidos por Arnulfo Maidana.
Por el contrario, el jurado descartó el delito de rapto para ambos y, por ende, dictó veredicto de no culpablidad para el fletero Guerrero.
Una prueba determinante para la condena fue que, al allanarse el domicilio de Maidana, se encontró inexplicablemente un chaleco antibalas y dos pistolas reglamentarias de la policía.
La deliberación del jurado duró una hora y media.