El caso más resonante en lo que va del año culminó ayer en Tres Arroyos con un veredicto unánime de culpabilidad por homicidio agravado por el vínculo y con alevosía. El jurado de doce personas, tras tres agotadoras jornadas y más de una hora de deliberación hasta bien avanzada la noche, condenó a prisión perpetua a Silvina Cervetti, de 32 años y telefonista de una remisería, de haber asfixiado a su beba Isabella, de sólo ocho meses de edad.
La acusada Cervetti |
El trágico hecho tuvo lugar el 28 de junio de 2015 entre las 8 y las 17 horas en una vivienda de la calle Pueyrredón 261, de Tres Arroyos. El jurado determinó que Cervetti mató a su beba mediante asfixia por sofocación, luego de taparle los orificios de la nariz y la boca con su mano.
Al día siguiente de fallecida la bebé, el médico que denunció a la acusada en la Comisaría de la Mujer se entera de que a esta mamá se le habían muerto dos bebés anteriores.
Como bien señaló el medio local La Brújula 24, "aunque se juzgó a Cervetti por el homicidio de su hija Isabella, la sombra de la muerte de otros dos de sus bebés en circunstancias no esclarecidas hizo que por momentos se mezclaran los relatos, especialmente después de varias horas de extenuantes interrogatorios."
La teoría del caso del fiscal Gabriel Lopazzo se apoyó en la contundencia de la autopsia practicada a la beba. Ella indicó que Isabella no murió de muerte natural ni súbita, sino que presentaba golpes y lesiones que evidenciaban que la habían matado. Junto a ello declararon varios renombrados especialistas que apoyaron las conclusiones de la autopsia. Estas sólidas pruebas, como siempre sucede en el juicio por jurados de cualquier latitud, resultaron determinantes para que el veredicto fuera culpable y por unanimidad.
Fiscal Gabriel Lopazzo |
La teoría del caso de la defensora oficial Laura Pereyra, por su parte, fue inteligente y original. Planteó que Cervetti padecía de un problema genético que hacía que sus bebés sólo vivieran pocos meses. Que recientes estudios en el mundo indicaban esa posibilidad, al punto que trajo un testigo que pasó por una situación similar y que poseía el dinero suficiente como para costearse tan oneroso estudio en Estados Unidos.
Sin embargo, esto no explicaba los golpes en el cuerpo de Isabella que reveló la autopsia, sellando así la suerte de Cervetti.
La acusada y la defensora oficial Laura Pereyra |
Condujo el debate el juez Gabriel Mazzini.
EL VALOR DE LA UNANIMIDAD
Así como sucedió con el caso Farré y tantos otros, también quedó claro en este juicio que los jurados no se convencen por emociones o encendidos alegatos, sino por pruebas contundentes. El relato de la acusada Cervetti ante el jurado fue muy emotivo y no dejó de ser lacerante. Cervetti puso de relieve que también ella fue víctima de una madre violenta y abusiva. Sin embargo, y a pesar de romper en llanto, no logró convencer ni un ápice al jurado ante el sólido caso que ejecutó y logró probar la fiscalía.
Juez Gabriel Mazzini (centro) |
Los jurados de cualquier parte del mundo son muy exigentes en términos de prueba. Eso resulta un desafío para cualquier abogado litigante, y genera aún escasas resistencias menores. Cuando el caso y las pruebas son sólidas, el jurado naturalmente alcanza la unanimidad, dotando así al veredicto de una legitimidad popular y social indiscutible, imposible de ser igualada por ninguna otra decisión judicial.
Por supuesto, la unanimidad se facilita cuando al jurado se lo instruye por los delitos menores incluidos en el delito principal que estén apoyados por la prueba producida en el debate, lo hayan pedido las partes o no. Son las mismas alternativas que están disponibles para el juez profesional cuando el juicio es sin jurados. No sucedió esto aquí, a pesar de haberlo pedido expresamente la defensora Pereyra. Seguramente será un punto clave en la revisión.
La unanimidad no ha frustrado ningún juicio en la Provincia de Buenos Aires, ni tampoco lo hará. Su tasa de jurado estancado es inexistente. En casi 200 juicios, sólo dos no llegaron a la unanimidad exigida.
La AAJJ brega intensamente para que los veredictos de los jurados sean unánimes, tanto para condenar como para absolver, tal como lo hacen en todas partes del mundo. Así se ha logrado hasta ahora en las leyes de Chaco, Río Negro y parcialmente en Buenos Aires. Y será ley de este modo próximamente en Santa Fe, Entre Ríos, San Juan y a nivel nacional.
Leer noticias aquí:
- La Nueva Provincia (24 de febrero 2018) "Tres Arroyos: un jurado halló culpable a una mamá por la muerte de su bebé" (ver)
- La Brújula 24 (24 de febrero 2018) "Culpable: el jurado condenó a Cervetti por la muerte de su beba" (ver)
-La Gaceta (3 de junio 2016) "Detienen a una mujer acusada de matar a su hija de nueve meses" (ver)