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domingo, 24 de diciembre de 2017

AZUL: Primer veredicto de NO CULPABLE POR INIMPUTABILIDAD a favor de una mujer en un perverso caso de violencia de género

El juicio por jurados de Buenos Aires continúa entregando extraordinarias decisiones de sus conciudadanos.

En este caso, el jurado de doce azuleños declaró unánimemente no culpable por ininmputabilidad a Analía Cabello (39) por el homicidio de su marido, el albañil Alfredo R. Schwab (40) y por las lesiones graves a su amante -y ex cuñada- María Luján Aragón (32). La mujer fue liberada de inmediato.

Martín Marcelli, defensor oficial y Analía Cabello


El caso alcanzó instantáneamente repercusión mediática nacional en TV, diarios y radios. Se lo presentó como un combo morboso de ribetes místicos, sexo, infidelidad y un homicidio pasional frente a la imagen misma del Gauchito Gil. Los diarios locales de Azul (Diario El Tiempo) reprodujeron las textuales palabras del abogado defensor:


"Los medios de prensa de Capital posaron los ojos en el hecho de la misma forma que las aves de rapiña lo hacen con sus presas. El caso había sido definido como un “triángulo amoroso” donde como ingredientes se conjugaban “el sexo, la perversión y la muerte”.


El Volkswagen Voyage en el que iban los tres protagonistas

LOS HECHOS



Se pretendió presentar el caso ante los medios del siguiente modo: Analía Cabello se enteró que su marido le metía los cuernos con María Aragón. Entonces, se escondió en el baúl del auto con un arma, esperó que su marido pasara a buscar a su amante y, cuando pararon en un santuario del Gauchito Gil en Bolívar, salió del baúl, le pegó dos tiros a Schwab en la nuca y otro disparo en la cara a María Alarcón. Más precisamente, debajo del ojo derecho. Por eso, el fiscal Cristian Citterio acusó a Cabello de “homicidio agravado por el vínculo” y "tentativa de homicidio con arma de fuego".


Nada de esto fue verdad. En el juicio se demostró con pruebas contundentes que la historia fue completamente distinta y mucho más retorcida que lo que uno se imagina.


Lo real fue que aquel 4 de enero de 2016, Schwab -con quien Analía Cabello tenía tres hijos y estaban juntos desde los 15 años- la metió a la fuerza adentro del baúl de su automóvil para que presenciara el encuentro que esa noche el hombre iba a tener con su amante. 



La máxima de las humillaciones posibles. Encima, la tercera en cuestión -María Luján Aragón- es una ex cuñada del hombre.


Cualquiera puede imaginarse lo que debe ser estar encerrada en un baúl de un auto en marcha por la ruta y en una situación de abuso de poder machista. Cuando los tres llegaron en el auto hasta un santuario del Gauchito Gil en las afueras de Bolívar, Schwab abrió violentamente el baúl y Analía Cabello, con un arma de fuego que portaba, explotó psíquicamente tras años de ultrajes, maltratos y sometimientos. Les disparó a ambos. A su marido lo mató de dos balazos. A la amante del hombre, la hirió de un disparo en la cara y la dejó tendida en el suelo, gravemente herida.

Analía se subió al auto, se fue hasta la comisaría, les contó lo sucedido, les dijo que fueran a lo del Gauchito Gil y se entregó.

El Gauchito Gil, mudo testigo de los hechos


EL JUICIO



Antes de que se cumpliera un año del hecho comenzó el juicio, que fue dirigido de manera impecable por el juez Joaquín Duba. La labor del defensor oficial Martín Marcelli fue descollante desde que empezó hasta que terminó el caso. El abogado público supo desde ese mismo momento, al conocer la verdad de los hechos por boca de su defendida, que había que ir lo más rápido posible ante un juicio por jurados. No sólo eso, sino que ella debía declarar exclusivamente ante el jurado de sus pares que le asegura la Constitución. La defensa sabía que afrontaba, eventualmente, una condena a prisión perpetua con la calificación que planteó el fiscal.


Juez Joquín Duba

Pero el jurado popular integrado por doce ciudadanos tuvo un enfoque bien distinto del caso. Escuchó la potente declaración de la acusada pero, mucho más que eso, prestó especial atención a que los dos peritos psicólogos -el oficial y el de parte- coincidieron en que Analía Cabello había sufrido una explosión psíquica que le impidió comprender lo que estaba haciendo.

Por eso, no hizo lugar ni al pedido de condena de la fiscalía, pero tampoco al pedido de absolución de la defensa.   

En cambio, tras cuatro largas horas de deliberaciones (con un pedido de aclaraciones en el medio al juez acerca del alcance de la inimputabilidad) la declaró a Cabello “no culpable por inimputabilidad” por primera vez en la historia de la provincia de Buenos Aires. Cabe consignar que esa era la opción intermedia que el defensor oficial le había planteado al jurado y que el juez Duba debió explicarle en las instrucciones.


La absolución para la mujer se tradujo, al mismo tiempo, en que recuperara la libertad y en que pudo asistir al acto de graduación de uno de sus hijos.



Defensor oficial Martín Marcelli


REPORTAJE AL ABOGADO: “La sensación que tengo hoy es que se hizo justicia”



El Diario El Tiempo, de Azul, realizó un magnífico reportaje al defensor oficial Martín Marcelli.


“La sensación que tengo hoy es que se hizo justicia. Me he ido muchas veces de Tribunales con una sensación de injusticia. Pero esta vez debe ser una de las pocas en la cual percibo que esa sensación no me quedó para nada”, afirmó el letrado.



 -¿Qué características tuvo ese hecho por el que Cabello fue absuelta?



Me da mucho pudor hablar sobre esas cuestiones. Sí puedo decir que se trataba de una muy marcada situación de violencia de género. De violencia física y sexual. Eso fue abordado específicamente en el debate y detectado por todos los peritos psicólogos que declararon. Mi asistida tenía signos traumáticos a causa de todo eso. En su conducta hay marcados signos de haber sufrido estas situaciones. El hombre que falleció fue definido como “un perverso” por la perito psicóloga de la Asesoría Pericial ofrecida en el debate por la Fiscalía.


-¿Ella declaró en el debate?

-Por supuesto. Yo sabía lo que estaba sucediendo, cómo era el contexto de su situación desde el día en que la asistí por primera vez. Yo tenía el convencimiento, y personalmente la certeza, de que el único momento en que podía ser de un uso extremadamente útil que declarara iba a ser en el juicio. Ella nunca había declarado hasta este juicio, después de que yo la empecé a asistirla desde el primer día. El hecho ocurrió el 4 de enero del año pasado y al día siguiente yo ya la ví por primera  vez.

-¿Cree que su declaración fue un elemento fundamental para convencer al jurado de pronunciarse a favor de absolverla, al declararla “no culpable por inimputabilidad”?

-Sí, aunque no puedo decir lo que el jurado discutió y opinó porque no lo sé. Cuando ella declaró se pudo percibir en la sala de audiencias una angustia muy marcada. La situación no la sufrió sólo ella. La advertían también sus hijos, familiares y amigos. Incluso, los familiares de él. Estamos hablando de una situación muy fuerte desde lo afectivo.

-¿A qué se refirió el jurado cuando aludió a la inimputabilidad de su defendida?

-Yo había planteado que al momento del hecho, sobre todo, no pudo comprender la criminalidad exacta ni dirigir sus acciones. Que no pudo hacer algo distinto a lo que hacía porque su capacidad psíquica se vio completamente perturbada por la acumulación de estímulos negativos provenientes de esa situación de violencia física y sexual sufrida desde hacía mucho tiempo. Una situación que aquel día fue llevada al extremo de ser metida en el baúl de un auto por su marido para que la observara mientras el hombre mantenía relaciones con quien había sido su cuñada. Ella estaba desde los quince años con él. Y cuando vos estás sometido física y psíquicamente hacia una persona durante 25 años, el otro tiene un control y dominio casi absoluto. Pero en un momento hubo un quiebre por parte de ella, que se convirtió en el único mecanismo de defensa. Y fue tan intenso que le provocó esto. La psicóloga oficial a eso lo vio bastante bien. Por ahí no dijo lo mismo que ahora yo digo, pero sí que esto la podía llevar a una explosión. En ese punto, la perito oficial estuvo muy de acuerdo con el perito de parte que nosotros ofrecimos. Desde el punto de vista psíquico, mi asistida tuvo una afectación plena en esta instancia.

-¿Esa “explosión” derivó en lo que finalmente pasó, en que matara a tiros a su esposo e hiriera a la amante del hombre?

-Tal cual. Desde lo psíquico sucedió que ella se encaminó hacia algo que era totalmente impensado. Nunca había usado un arma en su vida. No fue algo razonado ni lógico ni esperable. Ni por ella ni por quien era su marido. Él fue quien la metió en el baúl del auto y él fue el que lo abrió después. Todavía hoy ella no tiene muy claro muchas cosas que sucedieron, esa es la realidad. Las dice porque se las cuentan, pero no porque ella pueda recordarlas. Sufrió y sigue sufriendo. Tiene escasa capacidad para sociabilizar o conductas de sumisión.

Leer las noticias aquí:

-Diario Clarín (5 de enero de 2016) "Se escondió en el baúl del auto, descubrió a su marido con la amante y lo mató" (ver)

-Big Bang News (5 de enrro de 2016) "Una mujer mató a su marido e hirió a la amante ante el Gauchito Gil" (ver)

-Diario El Tiempo de Azul (15 de diciembre de 2017) “La sensación que tengo hoy es que se hizo justicia” (ver)