Cerca de la pasada medianoche, tras tres extensas jornadas de debate, se conoció un nuevo veredicto de un jurado bonaerense, en el departamento judicial de San Martín.
El caso era muy complejo, pues la fiscalía, a cargo de la fiscal Vanesa Leggio, acusaba a un hombre de alrededor de 45 años por siete hechos diferentes de abuso sexual cometidos a través de muchos años contra una menor de edad, hija de su pareja. La menor tiene actualmente 17 años de edad y a los 14 años habría decidido contar a autoridades escolares respecto de los hechos sufridos desde que tenía 6 años.
Los relatos de la acusación narraban un progresivo ascenso en lo relativo a la gravedad de los hechos, comenzando por un abuso sexual simple (a los 6 años de edad) y llegando a hechos de abuso sexual agravados por ser gravemente ultrajantes, por la relación de convivencia y por acceso carnal (a partir de los 9 años), desembocando todo ello en la corrupción de la menor.
Las partes se destacaron en presentarle al jurado pruebas gráficas y visuales para orientarlos en cuanto a la valoración de las pruebas controvertidas del caso, tanto en los alegatos de apertura como durante el juicio.
La defensa, a cargo del defensor oficial Javier Chirinos, sostenía que el acusado no era el autor de esos hechos, sino una tercera persona, y que la menor lo incriminaba falsamente a causa de problemas familiares en el marco de un hogar disfuncional.
Las partes se destacaron en presentarle al jurado pruebas gráficas y visuales para orientarlos en cuanto a la valoración de las pruebas controvertidas del caso, tanto en los alegatos de apertura como durante el juicio.
La defensa, a cargo del defensor oficial Javier Chirinos, sostenía que el acusado no era el autor de esos hechos, sino una tercera persona, y que la menor lo incriminaba falsamente a causa de problemas familiares en el marco de un hogar disfuncional.
La prueba decisiva del juicio fue la declaración de la víctima, llevada a cabo en el marco de una Cámara Gesell transmitida en vivo vía videoconferencia desde una sala contigua. En la sala de audiencias el juez, las partes y el jurado podían ver y escuchar las respuestas que la menor brindaba a una profesional psicóloga, con base en un pliego de preguntas previamente suministrado por el juez y litigado con las partes.
El juez Raúl Elhart condujo el juicio con corrección y asumió la difícil tarea (considerando la cantidad de hechos imputados y la complejidad de calificaciones incluidas) de decidir el contenido de las instrucciones legales que debían impartirse al jurado, explicando con claridad los elementos de los delitos imputados y brindando las opciones de veredicto pertinentes.
Tras impartirlas, alrededor de las 20.30 hs., el jurado se retiró a deliberar. Cerca de la medianoche se anunció que habían arribado a un veredicto.
El juez convocó a las partes y llamó al jurado a la sala de audiencias. Tras ello preguntó al presidente del jurado si habían arribado a un veredicto y, seguidamente, pidió que le diera lectura a viva voz.
En ese momento se supo que el jurado había encontrado al acusado culpable por los siete hechos imputados. En seis de ellos por unanimidad y en el restante por una mayoría de once votos (sobre doce).
Una vez dispensado el jurado de su función se llevó a cabo la audiencia de cesura. La pena se conocerá el próximo lunes.